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La última cantada del equipo de Pablo Casado, hablando en términos balompédicos, ha sido el error en la votación de la reforma laboral cometido por el número dos de su número dos: Alberto Casero Ávila de Teodoro García Egea. Mas allá de la responsabilidad, por ... dilucidar, de la presidenta Meritxel Batet, el fallo al realizar el voto telemático le ha costado a su partido regalar al Gobierno de Pedro Sánchez un triunfo que no había logrado en el hemiciclo. Y, en cascada, varios efectos colaterales de no menor importancia: amortiguar el impacto de la quiebra de la mayoría de la investidura, agravar la crisis de UPN y arrojar sobre la campaña electoral de Mañueco en Castilla y León un jarro de agua fría. Las consecuencias de delegar tanta responsabilidad orgánica en el aparato de Génova pueden acabar por poner en riesgo el proyecto político del PP que Casado pretende encarnar.

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