En cierta manera, el PSOE gijonés está demostrando su poder en nuestra ciudad. Esto es, no creo que ningún otro partido pueda hacer lo que estamos

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viendo. O sea, derribar la candidatura de su propia alcaldesa para poner otra en su lugar. Sin duda, este ... novedoso proceso interno ha provocado convulsiones más allá de las esperadas, pero también demuestra que el socialismo gijonés posee una maquinaria muy potente. Ninguna de las formaciones que se presentan en Gijón tiene más de 1.182 afiliados para decidir en unas primarias, ni tampoco una cantera de candidatos alternativos como la que nos presenta, ni mucho menos transmitir la sensación de que lo que se está eligiendo es al futuro primer edil. Todo ello, debido a una buena estructura por sus muchos años en el poder municipal. Es decir, la era democrática entera, salvo un periodo de alternancia de ocho años con el gobierno de Foro. En definitiva, hay quien piensa que muchos gijoneses votarían a los socialistas, aunque presentasen a una de las momias de Teverga. Yo diría que nos les falta razón. Desde luego, y por lo que estamos viendo, repito, la base del partido sigue siendo sólida, otra cosa es que obtenga el refrendo de su lista en las urnas.

De momento, parece que Luis Manuel Flórez, 'Floro', es el candidato de la Ejecutiva local. Ojo, no de la FSA que ni se ha pronunciado, ni tampoco sabemos qué va a hacer la familia 'sanchista'. A la postre, los afines a Ana González. En cualquier caso, todo indica que 'Floro' puede tener el camino bastante despejado para ser el número uno. Cuenta con un perfil muy diferente al que se presentó en 2019, puesto que, a diferencia de la actual alcaldesa, es un hombre muy conocido por su ingente labor social. Además, claro, de suscitar más acuerdos que desavenencias. El fundador de Proyecto Hombre sabe de sobra lo que es y piensa Gijón, lo cual representa un punto muy importante a su favor. Otra cosa, es cuando se tenga que meter en temas espinosos y que han propiciado la abrupta caída de Ana González. Me refiero a la reforma del Muro, la política de movilidad o esa eterna integración ferroviaria que está por hacer. Ahí conoceremos realmente la dimensión política de 'Floro'. En resumen, quédense con que esto funciona casi como el menú de un restaurante. Dicho de otra manera: si no les ha gustado el primer plato, no se preocupen, que en la Casa del Pueblo se lo cambiamos. Pues nada, queda por saber si lo degustaremos.

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