Me comenta una amiga, con un padre de más de 90 años, lo injusta que es una Administración atenta a muchas situaciones de distintos colectivos pero que, gobierne quien gobierne, nunca tomó medidas de suficiente calado como para ayudar a que las personas mayores puedan ... hacer frente a los gastos que les acarrea pertenecer a ese colectivo.

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Pensaba en esa conversación cuando hace un par de días tuve que acercarme a un establecimiento especializado en productos relacionados con la movilidad, sillas de ruedas, camas articuladas, grúas para desplazar a las personas y algunos aparatos más, aparentemente, creados para hacer más cómoda la vida a quienes llegados a una cierta edad les resulta muy difícil vivir con un mínimo de calidad.

El problema es que todos esos avances en la creación de instrumentos necesarios para que muchas personas, y sus familiares, afronten sin tanta preocupación el tiempo que les quede por vivir se topa de frente con una realidad, en muchos casos, imposible de superar.

Hablo de los precios de algunos de esos dispositivos, a los que la mayoría de las personas jubiladas no podrán hacer frente.

Hace ya unos meses que el Gobierno anunció que la subida de las pensiones para este próximo año será de un 8,5%. Sin embargo, aunque desde muchos ámbitos hay quienes opinan que esa cifra es una barbaridad que pone en peligro la economía española, a la mayoría de personas pensionistas les continuará resultando imposible pagar una cama articulada, una buena silla o una grúa

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En cualquier caso, lo que parece evidente es que ni la vida ni la muerte, pese a lo que se dice, son iguales y aunque hay quien afirma que para morir no se necesita dinero, lo que parece irrefutable es que al menos sí se necesita para ser mayor y esperar hasta que llegue ese momento.

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