Secciones
Servicios
Destacamos
ELa historia de las relaciones con Marruecos es larga y accidentada. Alterna las expresiones recíprocas de afecto coyuntural con los incidentes, que en más de una ocasión pusieron a los dos países al borde de la guerra. Es incompresible que algunos, incluso en las altas ... esferas del poder, se sorprendan de lo que ha ocurrido estos días pasados en la frontera con Ceuta.
Las relaciones ya hacía meses que se habían deteriorado y las palabras del entonces vicepresidente Pablo Iglesias sobre el Sahara las complicaron aún más. Los elementos susceptibles de discrepancia siempre están amenazando y más cuando en España alguien pone en duda la marroquinidad del Sahara, lo que unido a la imprudencia propia del tercero del Gobierno dinamitaron la pretensión de Pedro Sánchez de recomponer las relaciones. No fue posible.
Marruecos, su Rey, su Gobierno y su régimen político muestran con mucha frecuencia una animadversión contra España y un deseo de revancha que se remonta a las antiguas guerras de independencia, al retraso en la liquidación del protectorado, continuó con la guerra de Sidi Ifni, la Marcha Verde, la entrega del Sahara Occidental, los límites marítimos con Canarias, la provocación de Perejil, etcétera.
La cumbre entre los gobiernos que tenía que haberse celebrado en diciembre fue suspendida sin explicaciones y todavía el presidente Pedro Sánchez no hizo la visita de cortesía, propia de cada nuevo Gobierno, porque el rey... se niega a recibirle. Una de las típicas reacciones paranoicas de Donald Trump unos días antes de abandonar la Presidencia reconociendo el Sahara como territorio marroquí, enardeció al país, sobre todo en sus relaciones con la UE y España.
Últimamente las relaciones entre los dos países, unidos por importantes intereses económicos, fluctuaban en torno a los inmigrantes que Marruecos utilizaba como amenaza a España y, al mismo tiempo, como gendarme remunerado adecuadamente por contenerlos a prudente distancia de las fronteras de Ceuta y Melilla, ciudades cuya reivindicación Marruecos mantiene viva y ante la cual España no puede ceder ni un palmo.
La gota que provocó la avalancha sobre Ceuta fue la acogida, de manera poco explicada, del dirigente del Frente Polisario Ibrahim Ghali, para ser tratado en un hospital de La Rioja. Para Marruecos fue un agravio imperdonable, por más que se argumentó que se trataba de una cuestión humanitaria. La reacción no fue casual: preparada con tiempo y precisión. Lo sorprendente es que la inteligencia española una vez más fracase al no detectarla.
La exposición de niños al peligro y el abandono en España demuestran una dura contradicción. Marruecos se enfada porque en España se asista a enfermos incurables, pero no por que se encargue de la crianza y educación de sus hijos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.