Como argumento de 'House of Cards', ahora que la serie de intriga política vuelve a petarlo gracias a Barbón, lo último de la política española resultaría poco creíble. De puro exagerado. A ver quién iba a tragar con que la Casa Blanca se iba a ... quedar pálida porque en Carolina de Sur les diera por adelantar las elecciones. Pero la realidad, tozuda, se empeña en recordarnos a diario que la ficción es solo una vulgar copia de lo suyo. Y aquí estamos, con Puigdemont cada vez más cerca de ser 'entronizado' president haciendo campaña en el extrarradio y con España sin presupuestos. ¿Y a mí que me importa?, pensará usted mientras hace la compra y suda viendo el precio del aceite o tiembla cuando llena el depósito del coche y le pregunta al gasolinero cuánto es. Pues, a bote pronto y por empezar por lo de más cerca, por varias inversiones comprometidas; así que, de momento, el vial de Jove va a tardar tanto en llegar como el AVE a Gijón, el metrotrén a Cabueñes o los unicornios al Hípico de las Mestas. ¿Planeaba presentarse a unas oposiciones? Quedan congeladas las nuevas convocatorias. ¿Traer tal vez un nuevo contribuyente al mundo? Piénseselo que los permisos de paternidad aumentados también van a la barra de hielo.

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Por seguir con los clásicos de la tele, ya lo dijo en su día la pequeña pero enorme Arya Stark en 'Juego de tronos': «Nada no es ni mejor o peor que cualquier cosa. Nada es solamente nada». Pues eso.

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