Problema de credibilidad

El tiempo pasa volando y hoy se cumple justo un año de aquella encerrona en la sede del Ministerio de Transportes que se saldó con ... una bofetada a mano abierta a la ciudad y el inicio del acta de defunción del vial de Jove. En estas páginas lo titulamos para la posteridad con grandes caracteres como «nuevo ultraje por el vial de Jove». El secretario de Estado, José Antonio Santano, anunció que el Gobierno central desechaba la licitación de la infraestructura viaria más esperada por la zona oeste de Gijón cuando solo faltaba elegir a la empresa que la construiría a partir de un presupuesto de algo más de 285 millones de euros. Entre las justificaciones se esgrimió que la obra, que incluía un túnel de más de dos kilómetros, ponía en riesgo 150 viviendas y una residencia de ancianos y que el itinerario subterráneo no permitía la circulación de tráficos peligrosos ni de otros relacionados con la actividad portuaria. Tanto la alcaldesa Carmen Moriyón como el consejero Alejandro Calvo se quedaron en shock, al igual que la ciudad, y el shock, con el paso de los días, semanas y meses, fue mutando en indignación mezclada con resignación. Se prometió que el dinero previsto para el vial de Jove se invertiría en la ciudad y que el Principado recogería el guante para diseñar una alternativa por Aboño tras descartarse un vial de Jove en superficie. Pues bien, un año después la ciudad no ha visto ni lo uno ni lo otro. Los vecinos ya están cansados de promesas de la clase política, porque su credibilidad está por los suelos, y reclaman hechos concretos para creer.