Monumento a los rojos que tomaron el Simancas

En Madrid, que durante casi tres años fue uno de los más cruentos escenarios de la guerra, tanto en el frente como en la retaguardia, tienen desde los años 50 en la salida hacia la carretera de La Coruña, en Moncloa, el monumental Arco de la Victoria, de la victoria franquista, of course. En los años 90, gobernando el socialfelipista Felipe González, se construyó en las inmediaciones del citado Arco el conocido como Faro de Moncloa que le dobla en altura, impone con su presencia, ilumina y parece vigilar al subfranquismo y al fachoserío circundante, como queriendo decir: «Ojo con lo que hacéis, que os estoy viendo».

Los rojos tomaron el Simancas, sí, pero perdieron la revolución y, luego, la guerra. Sabemos que Franco era un general que se impuso a los otros generales y que gobernó España 40 años tal y como era: una mezcla de oficial colonial en territorio enemigo más su natural cazurrería galaica, además de estar casado con una de pasta de Oviedo (cherchez la femme). Nada que ver con un Mussolini o un Hitler, líderes de un movimiento político que les llevó al poder y desde el que se tuvieron que ganar el favor y la obediencia de las fuerzas armadas. Franco fue, lo ponían las monedas, 'caudillo de España por la gracia de Dios'. Un general generalísimo que ganó la guerra y siempre tuvo a las fuerzas armadas a sus órdenes y a la Iglesia poniéndole el palio aunque no lloviera, pero al que hubo que crear unos engendros políticos tal que el Movimiento Nacional y Falange Española Tradicionalista y de las JONS, y un aparato burocrático, porque gobernar un país requiere ministros, jueces, catedráticos, periodistas, ingenieros de obras públicas y ordenanzas que enciendan por la mañana la calefacción de los ministerios.

Los rojos perdimos también 'la santísima transición' de 1977, que tutelaron Willy Brandt y Henry Kissinger, y el 'remake' de 1982, cuando FG arrolló con su gran aportación 'grouchista': 'Por el cambio'. «¿Qué es el cambio?», le preguntó José Oneto. «El cambio es que España funcione», contestó FG. Amén. Si los rojos, en vez de comparsas, un día 'D' a la hora 'H', un suponer, hubiéramos ocupado los ayuntamientos, los juzgados, la Telefónica, las redacciones de la tele, las radios, las agencias y los periódicos del 'Movimiento', y las oficinas de bancos y eléctricas, y atrincherado dentro, otro gallo cantaría en este país, pero… En 45 años de ayuntamiento 'partitocrático', no hubo un poco de 'cariño', por no decir decencia, para levantar un monumento a los otros caídos por la Libertad. Pero un monumento de verdad, no esos artefactos y placas vergonzantes por los arrabales de la ciudad. «Pobre del país cuyos jueces merecen ser juzgados». Por la paz en el mundo. Respeto a la vida de civiles y prisioneros. Alto el fuego en Ucrania y Oriente Medio. Abajo los belicistas. Y que haya salud.

PD1.– TuitX al Sr. Barbón: En algunos impresos de registro de clientes en los hoteles, en la parte inferior, aparece escrito en negritas: «¡Arriba España! ¡Viva Franco! II Año Triunfal». Igual es que están reciclando papel, pero… ¡qué dirán los turistas extranjeros!

PD2.–TuitX a la Sra. Moriyón: ¿En base a qué principio urbanístico en la ería del Piles son tres alturas y en la Cruz de Ceares 14? El concurso de 'a ver quién le vacila más a Gijón' está reñidísimo entre: Gobierno regional, ayuntamiento de mar, Renfe-Adif, ArcelorMittal, Cadasa...

Fe de erratas: El dato de que 6.007 pacientes se infectaron de COVID en los hospitales públicos de Nueva Gales del Sur (Australia), era de 2023 y no de 1923 como por error se publicó.