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En la antesala de la campaña electoral, las alegrías de las obras van por barrios. Bacheos de urgencia y pintura, mucha, allí donde cabe. Medidas de última hora de mandato que los vecinos padecen lo necesario para recordarles que algo se está haciendo y disfrutan ... luego, no sin preguntarse si no cabía idéntica presteza un año antes. Las corporaciones viven ahora lo que en el deporte se ha dado en llamar los minutos de la basura, cuando el encuentro está decidido, y los jugadores aprovechan para exhibirse, reivindicarse o consolarse a gusto de cada uno. Es el momento en el que de los banquillos salen incluso políticos que ni siquiera habíamos llegado a conocer. En realidad, el balance de la gestión está más que consolidado. Quien pudo ya presentó resultados para anticiparse a las limitaciones de la precampaña. Y el que no tiene cintas que cortar, elabora planes. Lícito todo ello en quienes aspiran a continuar en su puesto e incluso en los que desean pasar a otra vida, en algunos casos mejor.

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elcomercio Los minutos de la basura