Retrocedamos en el tiempo, lo cual en la situación actual es casi una válvula de escape. Estamos en un día tórrido de verano del año 1986, en el Estadio Azteca de la capital mexicana. Allí, bajo un sol de justicia, Maradona en su máximo esplendor ... mete dos goles ante Inglaterra que darán la vuelta al mundo. El primero bautizado como 'La mano de Dios', lo marcó con la mano, haciendo trampa, engañando al árbitro y al estadio entero, en un gesto intuitivo para no dejar escapar aquella oportunidad de gol. El segundo fue una obra de arte, regateando a medio equipo inglés y entrando con el balón en la portería, después de correr 55 metros en línea recta. Hay que añadir que en Argentina había un gran ánimo revanchista por el reciente fracaso de las Malvinas. El seleccionador inglés, Bobby Robson, todo un caballero, dijo al final del partido que si bien el primer gol fue ilegal, el segundo valía por dos, con lo cual no se quejaba del resultado.

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Pero, ¿por qué el segundo gol de Maradona pasó a la historia? No fue por haber regateado a cinco jugadores ingleses, sino porque él avanzaba en línea recta, no en zig-zag, pero los contrarios se desequilibraban solos, tratando de anticipar el movimiento que creían que el astro argentino iba a realizar. Así funcionan los agentes económicos ante las expectativas de futuras subidas de tipos de interés, los cuales adaptan su conducta al entorno económico que prevén, tal y como analizó el norteamericano Robert Lucas, Premio Nobel de Economía del año 1995, apoyándose en su 'Teoría de las Expectativas Racionales'.

De momento, ni la FED ni el BCE han movido ficha, pero las entidades financieras ya están comenzando a cambiar su política de concesión de préstamos y créditos, encareciendo los de tipo fijo, adelantándose a los movimientos de la FED y del BCE. Es decir, los tipos en la práctica ya van a subir sin que la FED ni el BCE hayan hecho nada, pero sus amagos han sido suficientes y están 'regateando jugadores' en línea recta, porque los propios agentes económicos anticipan el movimiento.

Hace años, en el 2005, el que fuera gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, utilizó el ejemplo del gol de Maradona para explicar el funcionamiento de la política monetaria y ahora vuelve a estar de actualidad. Años después, Mario Draghi, ejemplo de lo que debería ser un líder político europeo (serio y con formación intelectual y técnica), en un momento especialmente delicado para el euro, pronunció su famosa y críptica frase: «El BCE está listo para hacer lo que sea necesario para defender al euro y... créanme que va a ser suficiente». Ante tal advertencia y viniendo las palabras de alguien como Draghi, no de un demagogo barato, los mercados reaccionaron porque entendieron que desplegaría toda la artillería necesaria para defender al euro. Draghi, metió el gol como Maradona avanzando en línea recta, regateando jugadores sin hacer movimiento alguno.

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Volviendo a Maradona, a raíz del segundo gol, el antológico, aquel en el que parecía que los rivales se apartaban a su paso, se hizo famosa la pregunta del comentarista argentino que, enardecido, pronunció aquello que decía «¿de dónde viniste barrilete cósmico?», para reflejar el asombro ante una jugada que parecía de otro mundo. Ese barrilete que ahora Occidente no tiene lleno de energía, porque hace muchos años que nos dedicamos a vender humo en lugar de a resolver problemas reales de la gente.

Hace mucho tiempo que hemos perdido el norte, tal vez porque algunos ya no saben ni los cuatro puntos cardinales, y una buena prueba es el hecho de que mientras faltan UCI en los hospitales y hay gente que pasa hambre, frío o necesidad o no tiene vivienda digna, a la vez uno tiene que leer que se anuncia un paquete de medidas por importe de 20.000 millones de euros en políticas de Igualdad. Decía Herbert Simon (Milwaukee 1916- 2001), Premio Nobel de Economía del año 1978, que «el ser humano no asimila las grandes cifras y que es mejor pasar esas cifras a otro tipo de medidas». Pues bien, esos 20.000 millones de euros son equivalentes al valor de todos los pisos que tiene la ciudad de Gijón. Por eso, dice un proverbio chino que «cuando se gasta el dinero en lo superfluo, pronto faltará para lo necesario», y otro dice que «con el dinero ajeno todos somos generosos».

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Por cierto, el portero inglés que encajó el gol tramposo de Maradona, Peter Shilton, nunca perdonó que Maradona no se disculpase por aquella acción. «En la vida hay que tener principios, no todo vale», dijo Shilton

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