Está claro, las motos están de moda. A mí siempre me han gustado mucho más que los coches, y desde que a los dieciséis conseguí aquella Vespa Primavera, posiblemente la posesión más anhelada que alguna vez haya tenido, no he dejado de moverme de esta ... forma. Ahorras tiempo y dinero, con su agilidad circulas más rápido, y ahora, además, contaminas menos. Una moto significa diversión, buen tiempo y aire en la cara, y es sinónimo de independencia y libertad.
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En todo caso, no es de lo bonitas y útiles que resultan estas máquinas de lo que quiero hablar, sino de las múltiples aplicaciones que tiene esto de las motos. Se trata de una expresión que usamos de forma continua, una metáfora de la que tiramos en el idioma castellano en infinidad de comentarios y conversaciones.
Sin ir más lejos, el otro día el presidente del Gobierno las usaba para referirse a la economía española. «España va como una moto», decía, e imagino que muchos al oírlo pensarían que según para quién. Yo casi añadiría que sólo para unos pocos. Así va para Meritxell Batet, por ejemplo, y por lo que se ve. Si tal como nos cuentan, nueve de cada diez familias en España están recortando sus gastos, supongo que eso de la moto económica no se aplica ya para todos.
Otro uso habitual de éste precioso vehículo lo tenemos cuando alguien te quiere enjaretar un chollo, o convencerte de algo que no tiene ni pies, ni cabeza. Entonces, puede que te prevengan con lo de que 'te quieren vender una moto'. Al oírlo, uno de inmediato se pone en guardia. Si al comentario le añaden además 'sin ruedas', a temblar; ya te puedes dar por perjudicado, por decirlo suavemente. 'Véndesela a otro', te apresurarás a decir al que te la quiere colocar, entrando en su terreno lingüístico, su jerga de liante, si es que aún estás a tiempo de arreglar el estropicio.
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En otras ocasiones, cuando un tipo está en forma, no se dice que anda rápido o que está ágil y fino, sino que está como una moto. El carrilero que no para de subir y bajar la banda, ese modelo de futbolista portentoso tipo Cundi, que por desgracia ya no frecuenta nuestros campos, es otro tipo de moto. A Jordi Alba, magnífico lateral del Barsa, le apodan 'la moto GP', y no hay mejor manera de elogiar su capacidad que compararle con una máquina de esas.
Motos, y más motos. Cuando te tomas tres cafés seguidos, o cuando te arrimas o una moza o mozo de buen ver, que hay para todos los gustos, uno se 'pone como una moto', hasta que se le pasa, y entonces vuelve a su estado habitual. Si oyes hablar de alguien que tiene pasta y que anda por ahí fardando, pregonando que no le falta de nada, oirás decir 'es que ese va en moto'. Podrían decir de él que va en un cochazo, o hasta en helicóptero o avión; pero no, en moto ha de ir. La mejor manera de indicar que alguien no puede ir más sobrado, más pagado de sí mismo, más ancho que largo, no es yendo ni en un Lamborghini, ni en un Ferrari, ni en nada. Ese va en moto.
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Ni siquiera el Falcon hace sombra a la madre de todos los vehículos, ahora que este majestuoso avión, jet imperial, está tan de moda. Los asesores del presidente están dormidos, no andan a lo que les toca. Que bajen a Sánchez de ese aburrido trasto con turbinas y alas, y que le suban en una Kawasaki Ninja 1000 SX. Les quedan tres semanas para ello, y creo que va a ser la única manera de que se produzca el añorado vuelco electoral que el presi anda buscando, desesperado. Debería dejarse de andar peregrinando cuan alma en pena por platós y emisoras, como el otro día en 'El Hormiguero' del Pablo ese, que se apellida... ¿Cómo se apellida? Que alguien con agallas le aconseje que no pierda más su tiempo grabando chorradas para TikTok con La Pija y La Quinqui, famosas 'podcasters' del universo milennial digital.
La solución a su grave problema la arreglaría enfundándose una chupa motera de las chulas, que las hay, y que le graben dándose una vuelta en moto. A Steve McQueen, a Brad Pitt y a S. M. el Rey emérito les funcionó. En una con muchos caballos, ruedonas y, a poder ser, negra; una de ésas que meten miedo por la cabeza. A Tom Cruise le fue bien en Top Gun y se forró, así que no se por qué no le iba a servir a él también. Que se deje de platós y emisoras, y que se convierta en Maverick durante un par de semanas. Las gafas de sol, el porte y los andares de guapo ya los tiene, así que lo tiene 'chupao'. Sería el círculo prefecto, la metáfora soñada, un frenesí de seductor trilerismo a dos ruedas: un tipo en su moto, yendo tan sobrado como quien va en moto, y tratando de vendernos, una vez más, la moto.
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