A penas habían transcurrido 24 horas tras las elecciones europeas y en Francia el resultado obligó a Macron a convocar elecciones. Días después, tanto en Francia como en Alemania se desataba otra tormenta política: no se libran ni por la izquierda ni por la derecha. ... Movimientos diversos que, dadas las varias y acusadas contradicciones, amenazan con generar extrañas alianzas.
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Estas crisis llegan en el peor momento: Europa lleva unos años desangrándose económicamente y es igual o más dependiente energéticamente, y en peores condiciones que antes de la guerra en Ucrania. Dependiente de los intereses del imperialismo de EE UU, coincidente con poderes transnacionales en forma de fondos de inversión como Black Rock o Vanguard. Estos y otros, que representan el neocapitalismo, como Bill Gates y Soros, así como quienes dominan las redes sociales y la IA, se están adueñando de no pocos centros de poder en EE UU. Imponen la ideología del 'globalismo'.
El diseño geopolítico para España y Europa es ruinoso y desintegrador. En nuestro país el PSOE lo facilita absolutamente y no reconoce el poder financiero global como un problema al que oponerse. Hay un instrumento coincidente en todo esto, en forma de brazo armado, impositor y destructor, que en apariencia, de momento, está siendo utilizado de forma política: la OTAN. Decisiones y acontecimientos sistemáticos de los últimos años demuestran que el Acuerdo de Cooperación OTAN-UE es más bien una clara injerencia de la OTAN en la gobernabilidad de Europa. ¿Autorizar que Ucrania pueda atacar territorio ruso con las armas occidentales, como acaba de exponer Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN –y, casi de inmediato, el Gobierno de Pedro Sánchez destina 1.129 millones de euros al armamento para Ucrania– es proteger a la ciudadanía o es ponerla en serio riesgo con fines contrarios al supuesto acuerdo?
Estas son las nuevas formas de poder en este lado del mundo. Occidente, en su decadencia, está lejos de querer entender que la geoestrategia y geopolítica están configurando el nuevo orden mundial. Europa deambula hacia la desintegración, pensada desde fuera de manera interesada, carece de líderes, está trufada de gobernantes oportunistas y títeres que actúan al dictado de intereses ajenos a los de sus ciudadanos. Con una Ursula Von der Leyen a la que no ha elegido ningún europeo, pero que incluso ejerce más allá de la Presidencia de la Comisión Europea.
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Desde 2022, cuando empezó la guerra de Ucrania, hemos vivido en la desinformación programada, a la vez que se renunció definitivamente a apostar por la paz. Destaca en ese sentido el principio de acuerdo alcanzado en Estambul entre los representantes ucranianos y rusos, en abril de 2022, para iniciar un proceso de paz, que saltaría extrañamente por los aires ante la insistente negativa del entonces primer ministro inglés Boris Johnson. Esto conllevaría el no menos extraño asesinato de dos mediadores ucranianos a posteriori. Un general alemán aseguró que a partir de ese suceso los responsables de todos los muertos en Ucrania serían Inglaterra y la OTAN.
Lo sucedido con los Acuerdos de Minsk de 2014; la voladura de los gaseoductos Nord Stream 1 y 2; la administración de EE UU asegurando que «si Rusia doblega a Ucrania la OTAN entrará en lucha con Rusia, puesto que Putin no parará su avance de agresiones en la región»; Macron asegurando que había «un consenso futuro para ir a la economía de guerra y enviar tropas a combatir a Ucrania»; extender desde varios países que los jóvenes europeos deben realizar de nuevo el servicio militar para estar preparados ante una contienda de invasión... Es el relato que nos han ido trasladando a través de la propaganda de guerra. Crear una opinión de aceptación generalizada en la ciudadanía desinformada parece el fin. Además de forzar a nuestros jóvenes a convertirse en carne de cañón. Ucrania necesita en estos momentos un millón de soldados, la nueva ley de reclutamiento puesta en marcha no cubre esta cifra ni de lejos. ¿Esperan encontrarlo entre los jóvenes europeos?
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Dado que tampoco hay propuesta política alguna que proponga una oposición organizada y continuada, la respuesta para evitarlo y para la neutralidad tendrá que venir de la ciudadanía organizada de forma transversal e intergenaracional.
Los europeos hemos de cambiar la historia y evitar la guerra.
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