Hasta el rabo todo es toro

El equipo barcelonés ostenta la vitola de favorito, pero en el fútbol hay milagros, por lo que es preciso agarrarse a un clavo ardiendo. Con el Sporting, dentro de la línea de irregularidad que enseñó durante toda la temporada, capaz de lo mejor y de lo peor, es preciso aplicar el refrán de que hasta el rabo todo es toro.

Ramírez tiene en su plantilla jugadores para confeccionar un once competitivo. El míster rojiblanco tardó bastante tiempo en comprender que el gijonés Guille Rosas es el mejor lateral derecho del plantel, que Hassan es el extremo más desequilibrante del grupo o que Roque Mesa es el que mejor dinamiza el fútbol en el centro del campo. El entrenador reiteró en varias ocasiones que es el que sabe de esto, aunque el equipo no siempre saca el mejor rendimiento con sus planes, sin que haya seguridad de victorias con unas alineaciones aparentemente más razonables.

Algún día, el técnico canario podrá ser un buen entrenador. Ahora está en una fase de asentamiento y poco a poco va racionalizando las formaciones. El domingo fue una de sus pocas razonables del curso, con el infortunio de que no hubo acierto en las ocasiones de gol más claras. En Cornellá puede pasar lo contrario. La ilusión nunca debe perderse.

Pese a la derrota de última hora en la ida, el ambiente que se observa en el plantel es muy positivo. En el club hasta se anunció el plan de la semana con el partido del domingo, sin determinar si es en el Carlos Tartiere o en Gijón ante el Eibar, lo que confirma el talante de optimismo que se respira en este Real Club.

En el aspecto de preparar los detalles que engalanan el entorno de los partidos, con todo tipo de parafernalias, los encargados del marketing en Orlegi Sports son unos fenómenos. En el nuevo fútbol se valoran mucho las actividades con un sello americano, que ayuda a enfervorizar a las aficiones.

Todo eso está muy bien, pero lo que cuenta son los resultados. El Sporting necesita ganar mañana en el llamado ahora Stage Front Stadium, ubicado en un polígono industrial de Cornellá, como mínimo, por dos goles. Para eso es preciso tener un equipo muy competitivo, que gane los duelos, tenga anticipación, llegada, disparo y, por supuesto, acierto. Del míster y los 'artistas' dependerá. A veces los sueños se cumplen. Y soñar es gratis.