El proceso del dos y dos

Es una de las víctimas de la justificación de los once fichajes con una mayoría de fracasos, avalados por Gerardo García y Pedro Menéndez, con dinero del Grupo Orlegi mal invertido. ¿A estos denominados técnicos, sin historial relevante, no se les aplica el dos y dos que dijo Irarragorri sobre empleados despedidos? El presidente del consejo platica muy bien y tiene facilidad de palabra, pero hay aspectos en los que no convence. El organigrama que modificó en el Sporting tiene muchas incoherencias. Como dueño puede hacer lo que le venga en gana, pero no significa que lo haga bien. Ahí tiene los resultados. Por lo menos, los deportivos. Está mal asesorado.

Con 27 puntos en juego y un calendario complicado es lógica la preocupación, después de los absurdos bandazos y experimentos de Ramírez. La sonrojante derrota ante el Mirandés le hizo recapacitar para pasar a un dispositivo táctico más coherente. El domingo viene el Granada, segundo clasificado y firme aspirante al ascenso. En la última jornada se le vio atascado en su campo, donde mejor rinde. Es el mejor local, pero a veces necesitó suerte. Fuera es solo tres puntos mejor que el Sporting, aunque las estadísticas no dicen nada cuando el balón empiece a rodar.

Tras el partido de Canarias, el míster rojiblanco volvió a hablar del proceso y los resultados. Sería conveniente que se deje de historias raras que no encajan en el fútbol. Los romanticismos estarán muy bien, pero el pragmatismo dice que hacen falta puntos. Es el primer objetivo. El cómo ahora es secundario. Si no se convence, mal vamos. Y no considere tóxica la matización. Solo es realismo.

El Sporting B sigue decepcionando. El único equipo profesional de Tercera RFEF de Asturias no pasó del empate en Laviana contra un Titánico con nueve durante casi una hora. A cuatro jornadas del final, sigue en desventaja con el Covadonga de un punto más la diferencia de goles. De momento, lleva camino de repetir el fracaso de la campaña anterior, pero sin la competencia del Oviedo. ¿Dos y dos?

David Guerra se quejó del arbitraje de Canarias. Tiene razón, pero esas cosas no se hacen públicamente. Los árbitros toman matrículas. Que pregunte cómo lo hacía Vega-Arango, con el apoyo de Maximino Martínez. Nadie se enteraba y era más efectivo. Otro detalle de inexperiencia.