La memoria en el fútbol suele ser endeble. Por eso, tras una semana más intensa que otras, todo el Sporting está centrado en la visita del Villarreal B, con el pasado sólo como recuerdo.

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El Sporting sigue en posiciones de 'play off', pese a la ... derrota de Elche, con una imagen y un planteamiento que hasta el señor Irarragorri considera que pudo ser un error, como también censuró la mayoría de la afición rojiblanca, malhumorada con el inútil conservadurismo de Ramírez. Las últimas expresiones del patrón sobre el técnico no auguran que su futuro pase por Gijón, que podrían convertirse en duda sólo si hay ascenso.

La semana tuvo como acto estelar la inauguración de las obras de Mareo, bendecidas con la presencia del señor Tebas. Fue un celebración social con una amplia representación política y deportiva, que pudo ser más emotiva si se hubiera gestionado bien la figura de Vega-Arango y completada con ex presidentes, dirigentes de la primera época y exdirectores de Mareo, pero tampoco se puede pedir al mítico Joaquín Alonso o al melillense Carlos Llamas, director de Comunicación, que conozcan la historia de este Real Club.

Las instalaciones remodeladas permitirán que puedan volver a salir canteranos para el primer equipo, como en las épocas de Luis Enrique, Abelardo, Manjarín y Juanele. Claro que entonces Mareo contaba con técnicos profesionales, con experiencia y sentido de pertenencia.

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Hasta ahora, la confianza de Ramírez en los chavales de los filiales es nula. Álex Lozano tuvo apariciones testimoniales, Enol Coto perdió la valoración en un partido, Marcos y Aspra fueron apariciones fugaces, y Lionel Miguel quedó sentenciado en un partido. Por cierto, Aspra, cedido en el Marino, con opción de regreso sólo en caso de ascenso del filial, es mejor central que todos los de Mareo. Garro y Pedro Menéndez, quienes son los que fichan desde que llegó Orlegi, no se les aprecia buen ojo. Y, a veces, ni modales. No hay más que ver qué jugadores de futuro hay en el filial.

El Sporting tiene la obligación de afrontar el encuentro ante el Villarreal B como si fuera una final. En realidad lo es, porque, si se repiten los tropiezos, difícil será que todos los demás sigan fallando. Parece que Ramírez está en disposición de hacer una alineación normal con lo que tiene a su disposición, que es mejor que el rival, si no repite disparates, con la intención de hacerlo bien, porque, si lo hace como siempre, aunque venga el colista, es probable que haya problemas. Como es habitual, la afición nunca falla.

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Tal y como está la clasificación, el Sporting tiene prohibido tropezar en casa y necesitará puntuar en las siguientes finales de Cornellá y Leganés. Con el respaldo de la grada, además de la presencia del patrón, que generalmente es talismán, pese a un horario intempestivo, los 'artistas' estarán bien respaldados para poder ofrecer una victoria que permita seguir soñando.

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