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Rubén Albés no está contento con la trayectoria de su Sporting. Nadie lo está. Ante el Eldense fue el segundo desengaño del curso. Se hizo una plantilla de bajo coste para optar al ascenso. Eso es complicado.
La primera premisa de Orlegi en el Sporting ... esta temporada fue económica. Por eso se fueron quince jugadores. Los más caros y los pufos más estrambóticos. Para reponer está a punto de llegar un séptimo futbolista, con algunas diferencias. El que cambió a Insua por Curbelo es un insensato. Dejar marchar un zaguero que aportaba seguridad para sustituirlo por uno que llevaba un año sin jugar y al que no se le vio es una irresponsabilidad. El resto de fichajes aparentan un tono vulgar y, por ahora, no marcaron diferencias.
En su día, David Guerra dijo que las cosas no pasan por casualidad. Tiene razón, pero no parece hacer nada por evitarlo. Salvo que esté pintado en la silla, como presidente debería haber intervenido para exigir sensatez a su cuerpo técnico, con tres cursos de abundantes patinazos y muy pocos aciertos.
El Sporting es víctima de la falta de una planificación deportiva seria a todos los niveles. Un objetivo actual es un lateral derecho que compita con Guille Rosas. Si hubiera cantera, como siempre pasó, la alternativa estaría en casa, para destinar los esfuerzos, sobre todo económicos, a potenciar la columna vertebral, con buenos centrales, un organizador y un goleador. Pero Mareo no existe. Óscar Garro desarmó la base en tres años. El último debutante Iker Martínez llegó ocasionalmente tras haberse fogueado en categoría regional. Las hipotéticas soluciones que estaban en Tercera eran inventos de Pedro Menéndez que ya no están. Es normal que al canterano 200 le falten recursos.
El nivel de exigencia en este Sporting sólo lo hubo con Salomon Behar, trasladado a México como chivo expiatorio del 'Caso Pedro'. Los que trajeron a los Bamba, Milovanovic y fiascos similares siguen cómodamente en sus cargos, lo mismo que Garro y los colaboradores en el desmantelamiento de la filosofía de Mareo, con el coste ocasionado. Todos parecen tener el visto bueno del patrón, si es que se entera desde su retiro de Washington, sin apreciar in situ este desorden. A Gijón hace cuatro meses que no viene. Tampoco se le ve por México. Una situación extraña.
Al margen de la falta de resultados, la imagen del Sporting en el inicio de la competición liguera es decepcionante. Esto no se arregla con discursos mitineros, ni falsas promesas, aunque a cuatro días del cierre del mercado no es fácil retocar las necesidades de la plantilla.
Rubén Albés tiene una papeleta complicada. Por cierto, ¿le buscarán el extremo que quiere para completar una delantera con un único ariete específico? Si el balón entra todos los desmanes se olvidarán. El problema es que no entre y llegue el nerviosismo. Recuerden que las cosas no pasan por casualidad.
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