Las ollas de la Feria

Hasta ahora, los refuerzos son de perfil medio. Un convencido Guerra considera que hay mejor plantilla que en la pasada campaña. Será que es lo que hay que decir. Les pasa a los que venden ollas en la Feria.

Curbelo vino para suplir el hueco que dejaron Izquierdoz e Insua, que son mejores que el canario. Olaetxea y Bernal, dos jornaleros, aportan músculo, pero no creatividad. Dubasín es una incógnita que llega tras un doble fracaso en Basilea y Oviedo, pero también un buen precedente en el Albacete de la etapa de Albés, su principal aval. Caicedo puede ser la esperanza ofensiva, aunque su palmarés goleador es discreto. No es pesimismo, ni optimismo, son datos reales.

Si el cuerpo técnico hubiera hecho su trabajo en tiempo y forma, Albés ya tendría a su disposición el grueso de la plantilla, pendiente sólo de algún retoque mínimo.

La pretemporada dejó dudas. Además del lateral diestro, la plantilla precisa un central, un medio organizador, un goleador y un extremo, aunque el míster valora poco las alas, sobre todo con un 4-3-3 que no encaja bien. El retraso puede ser por la incapacidad de los negociadores o la escasez de dinero, aunque el precio de la plantilla actual es muy inferior a la de la pasada campaña. Las fichas de los que se fueron dan para pagar la ruborizante multa del 'Caso Pedro' y para traer alguna figura que marque diferencias.

Albés rellena el plantel con jugadores de Mareo, en los que dice confiar. Volvemos al caso del de las ollas de la Feria. Si hubiera credulidad en los productos caseros se hubiera visto más presencia de Jorge Montes, Oyón y Álex Lozano, sin tener en cuenta quien los representa.

Los casi 22.000 abonados y toda una población que tiene el Sporting de respaldo derrochan ilusión. No se les puede defraudar. Se logra con fichajes que sean refuerzos. Confiemos en el compromiso de David Guerra. Todos queremos pasarlo bien, empezando por la visita del Levante.