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Desde primera hora de la mañana de ayer, el Sporting se convirtió en punto de atención a escala mundial. No se debió a méritos deportivos, principio fundamental de la existencia de este Real Club, muy dado últimamente a participar con especial ternura en actos sociales ... o solidarios.
El Sporting estuvo en el candelero por una genialidad de su director de comunicación para celebrar el día internacional de la mujer, con un 'spot' divulgado en sus redes sociales, con un primer plano de una chica de rodillas limpiando el césped de El Molinón. No se le hubiera ocurrido al que asó la manteca.
El problema no es que Carlos Llamas, director de comunicación y autor de la genialidad, pueda tener una ideología sin tacto con el feminismo. Esa es una cuestión personal. El ridículo llevó el nombre del Sporting por todo el planeta. Si los dirigentes de este club tienen como objetivo dejarse notar con actividades extradeportivas, el director de comunicación cumplió la finalidad con éxito, con un récord espectacular en las redes sociales. Una filmación de este tipo con una gran repercusión suele tener unas 500.000 reproducciones. La gracia del periodista melillense superó a última hora de la tarde de ayer los veinte millones. Para darle un premio.
Ayer, el Sporting estuvo en todas las televisiones nacionales y en un buen número de extranjeras, más todo tipo de medios digitales, todos ellos con una repercusión de censura muy negativa, además de las reprobaciones políticas, todas muy lógicas. El autor se disculpó avanzada la tarde asumiendo la autoría, tras haber buscado algún penitente que pagara el pato. Hasta para eso careció de escrúpulos, como cuando colaboró para que compañeros de su departamento fueran despedidos sin ninguna explicación del club.
Si la jornada estaba destinada a venerar la figura de la mujer, el Sporting la denigró por mucho que mutilaran el vídeo a media tarde. La trascendencia fue tan censurable que no puede subsanarse con un simple comunicado, ni con cuatro lágrimas del autor de la chapuza, pero si a David Guerra, presidente ejecutivo, le parece que está bien así solo cabe añadir: ¡pobre Sporting!
No es el primer desliz de Carlos Llamas. En el último derbi le dio un bofetón al Oviedo con una imagen de Caperucita que cabreó a la cúpula de Orlegi en México. Hay unas cuantas más, pero la sumisión y el servilismo suelen estar bien pagados. Ser el sucesor de Leli Rubiera, un gran profesional y mejor persona, es un trauma para Llamas, que parece que lo acompleja, porque no tiene ni lo uno ni lo otro. Los jugadores no lo quieren en el vestuario. Por algo será.
El caso es que el nombre del Sporting en las últimas horas está por los suelos y ya son demasiadas las veces que este club da una mala nota a nivel nacional. La atención debería estar centrada en el partido contra el Levante, pero el récord antifeminista de ayer, inadmisible y vergonzoso, acaparó toda la actualidad.
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