La Segunda sigue casi igual que hace una semana. La igualdad es tan grande que una derrota como la de Elche permite al Sporting estar a un punto de la zona de 'play off', que en la jornada anterior compartía con cinco equipos, beneficiado por ... el coeficiente de goles.
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El partido del Martínez Valero tuvo connotaciones de las que Albés habrá sacado conclusiones. Al margen de las deficiencias de la plantilla, la intensidad y la concentración son irrenunciables. El Sporting no jugó el segundo tiempo en Elche con la misma actitud que en Éibar. Esta vez, al míster no le salieron tan bien los cambios y la defensa tuvo algunas frivolidades, también observadas en otros partidos.
Mañana viene el Huesca, transformado desde Antonio Hidalgo lo cogió en descenso tras la décima jornada de la pasada campaña. Con el de Granollers en el banquillo oscense, fuera de casa sólo perdió seis de 21 partidos. Al conjunto altoaragonés resulta complicado hacerle goles. Se cierra con orden. En cambio, el Sporting tiene problemas de finalización y un plantel raquítico que obliga a utilizar a Otero como ariete, aunque no lo sea. Queda el desconocido Caicedo, pendiente de enseñarse. Los regalos de la pretemporada, dos en Luanco y otro de la unidad B del Celta en Vigo, no se los dan en la Liga. Lo poco que salió tuvo más decepción. Gerardo García, director de gestión deportiva, aclaró en su último desayuno con la prensa que no es mudo. Podría explicar cómo hace este tipo de contrataciones. Su extraña función no parece incluir hacer seguimientos a jugadores y está pegado siempre al primer equipo. Al Sporting le falta una estructura profesional y operativa y le sobran turistas. A Irarragorri le derrochan su dinero.
En Elche sorprendió que Campuzano no saltara al campo. Si viajó es porque se supone que estaba restablecido del esguince de Ipurúa, aunque en los ejercicios que hizo en la banda del Martínez Valero dio imagen de inestabilidad. Conocidos los oscurantismos médicos de este Real Club todo es posible.
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El fin de semana nos dejó el esperado triunfo del Sporting Atlético en el campo del colista, sin nadie futurible a corto plazo en la alineación, y el chocante empate del artificial Sporting C en Mareo ante el débil Turón. El segundo filial utilizó juveniles de relleno. El método Garro es irracional, mírese por donde se mire. Por otro lado, el abandono del equipo femenino lo deja con una nueva derrota, colista solitario y con malas perspectivas.
De los datos ingratos se salva el juvenil de Isma Piñera. El equipo de Liga Nacional lleva una línea de mediocridad, en cadetes manda el Roces, en infantiles lidera el Oviedo y en alevines y en benjamines hay igualdad. El Sporting solía tener la supremacía del fútbol asturiano. Ahora hay otros intereses.
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De todas formas, lo que más importa es que el Sporting gane al Huesca. A lo demás no se le da importancia, aunque la tenga con vistas al futuro.
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