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Uno de los viajes más atractivos para la 'Mareona' es Riazor. La afición del Sporting se moviliza, pero las limitaciones aplicadas a los seguidores que desean animar a su equipo en los campos visitados son severas.
A las peñas rojiblancas les queda en el recuerdo ... la figura de Lendoiro, legendario presidente del Deportivo. La demanda de localidades en la visita del Sporting del 26 de octubre de 2008 alcanzó tales dimensiones que el dirigente gallego desplazó de sus asientos a un buen número de abonados, a los que compensó con un pequeño incentivo. De esa forma aglutinó en la misma tribuna a una 'Mareona' espectacular, con 8.000 rojiblancos en Riazor.
Fue el desplazamiento más masivo que se recuerda, con excepción de las dos finales de la Copa del Rey. Hoy sería imposible repetirlo. Incluso en el caso de que el Deportivo dispusiera de localidades libres. Las nuevas fórmulas de control a las aficiones viajeras están minando la ilusión de los portadores de un sentimiento que se quiere mercantilizar. A LaLiga le interesa que consuman el fútbol en sus casas. De pago, claro. Y los clubes lo asumen, porque les interesa más el reparto de la televisión. Después ya se las ingeniarán para atraer y domar a la masas.
Este fin de semana serán numerosos los seguidores del Sporting que viajarán a La Coruña, pero bastantes aficionados tendrán que consolarse viendo el partido en un bar. En 2008 no pasó. Lendoiro hizo un taquillón de época y los sportinguistas disfrutaron con un espectacular 0-3 firmado por Barral, Carmelo y Diego Castro ante un Deportivo que estaba mejor situado.
Mañana será distinto. Sobre el papel, según la clasificación, el Sporting va mejor que el Dépor, con siete puntos de ventaja, más goles marcados y menos encajados. El conjunto gallego sólo es mejor valorado en las tarjetas. Le mostraron 23, por 40 los gijoneses. Las estadísticas valen de poco. Debería tenerse más en cuenta que los deportivistas corren y presionan como el que más, sobre todo en Riazor, con una afición que aprieta.
Contrarrestar las virtudes de los gallegos y aprovechar sus debilidades es parcela de Albés, quien espera recuperar a Guille Rosas, pero no cuenta aún con Curbelo, 57 días después de un problema muscular que se está alargando más de lo previsto. El año pasado, el canario jugó sólo dos partidos, entre otras razones porque estuvo más de 100 días lesionado.
En cualquier caso, hay un moderado optimismo en el entorno del Sporting para puntuar en Riazor. El horario es incómodo. Hay que ir al campo con el bocado en la boca, casi sin poder paladear la buena gastronomía gallega. Un viaje no es sólo fútbol. Se lo pueden preguntar a los que van de turistas en el batallón de la expedición oficial. El descontrol de las finanzas no se tiene en cuenta si el Sporting gana. Eso es lo que más importa. Si no hay pasta, se pide un crédito a Orlegi y santas pascuas. ¡Será por dinero!
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