Tras dos meses de decepciones, llegó febrero con la ilusión renovada. El triunfo del Sporting sobre el Burgos permitió recuperar la autoestima perdida para afrontar un calendario complicado, con las citas del Eibar y Almería en Gijón y visita al Levante entre ambos. Puede ser ... un mes clave.

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Los refuerzos revitalizan el optimismo diluido. Nico Serrano era la debilidad de Albés. Quería un jugador de esas características en el verano, pero la dirección deportiva no hizo los deberes. Gerardo García respiró tranquilo cuando se confirmó que el navarro venía, después de un escarceo del Alavés por llevarlo a Vitoria.

Nico Serrano es el refuerzo. El míster gallego tiene un boceto de equipo con el navarro fijo, previsiblemente con Dubasin y Otero en el tridente ofensivo. La incorporación de Dotor es diferente, una improvisación por la lesión de Bernal. El madrileño empezó bien. Un futbolista formado en la cantera del Real Madrid tiene un mínimo de calidad. Además, el Celta pagó tres millones por el 50% de su pase. Algo bueno debe tener.

El paso de Dotor en el Oviedo fue testimonial. El presidente rojiblanco comentó que le habían hecho un seguimiento. Debió ser en 'Instagram', porque apenas jugó. La realidad es que está aquí y se espera el mejor rendimiento en un puesto que estaba cubierto con Nacho Méndez, Nacho Martín y Gelabert. Es una pena que al técnico vigués no le llene Nacho Martín, porque para el Sporting es quien tiene más proyección de futuro en esa línea. Con Olaetxea fijo, Gelabert es conveniente, porque es el único que genera algo de juego. Albés nos sorprenderá.

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El Sporting no se planteó reforzar la plantilla con un delantero centro de referencia. Es difícil de entender. Lo explicará David Guerra, aunque el presidente ejecutivo, persona muy preparada y con una oratoria espectacular, en cuestiones técnicas es un neófito. Gerardo García, director de gestión deportiva, no se atreve a afrontar una rueda de prensa, tal vez receloso a quedar en ridículo cuando le planteen preguntas sobre sus propuestas deportivas.

Con Caicedo como único '9' específico, hay que afrontar los 17 partidos que faltan. No parece que Albés confíe en el ecuatoriano, sólo tres veces titular, sin ningún partido completo, un gol que le quitó a Olaetxea y cuatro amarillas. La combatividad no la niega nadie, pero un ariete es otra historia, salvo que esté en proceso de adaptación. El míster debe saberlo, pero opta por el silencio o asume que esto es lo que hay, como en su día dijo Maceda.

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Más movimiento hubo en los dos filiales, con el pensamiento puesto en el ascenso del Sporting Atlético y del Sporting C, porque jugadores que tengan proyección con vistas a formarlos para el primer equipo no es una materia que domine Óscar Garro. Será que por estas latitudes no entendemos los métodos de Orlegi. Irarragorri ya lleva 19 años en esto. La historia de Mareo está a punto de cumplir 47.

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