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Tras la amarga derrota del Sporting ante el Racing toca pensar en seguir haciendo la goma para meterse en el sexteto que tiene premio en ... la jornada 42, ahora desde el décimo puesto.
La esperanza es lo último que se pierde, mientras lo permitan las matemáticas, aunque la dinámica del equipo no colabora con la ilusión de una afición espectacular. Las trayectorias influyen en las sensaciones. Si la marcha del Sporting hubiera sido al revés, de menos a más, el panorama sería más halagüeño, pero el equipo viene de ser segundo hace diez jornadas para cerrar el pelotón de aspirantes, a tres del 'play off y, para los soñadores, a seis del ascenso directo.
La segunda vuelta del Sporting es preocupante. En la clasificación parcial estaría el 15. El estado físico provoca incertidumbre. El Racing le pasó por encima en el segundo tiempo. Hay jugadores con agotamiento. Algo falla en la preparación física. Pasó en otros partidos, en los que el Sporting acabó casi pidiendo la hora. Al margen de los vaivenes de Ramírez en alineaciones y sistemas, la ineficacia de los delanteros es brutal. Djuka marcó su tercer gol en jugada en 32 jornadas y Mario González no se estrenó. Por lo menos apareció algo Otero y emergió Gaspar, el traspasable de este curso. El centro del campo no acaba de funcionar. El míster no se aclara y tiene medio plantel desconcertado.
Pese a las limitaciones, la esperanza no se pierde. El domingo toca el Mirandés, que no facilita tantas entradas a la afición del Sporting como las que recibió el Racing en El Molinón. Fue un caso extraño.
Estos días anda José Riestra, el jefe del fútbol de Orlegi, por Asturias. Le dio tiempo a analizar cómo está el plano deportivo del Sporting. Al margen de las desventuras del primer equipo, con un entrenador en quien confía el grupo empresarial, aunque sea un idealista y un teórico, el ejecutivo mexicano habrá sacado sus consecuencias de la errónea planificación del Sporting Atlético, sin más alternativas para el primer equipo que el joven Álex Lozano. De todo lo que trajeron Gerardo García, Fredi Lobeiras y Pedro Menéndez, nada futurible. No hay ni un central en la cantera para una necesidad puntual del primer filial. Incomprensible.
La supremacía regional del fútbol base está perdida. El juvenil de Isma está diezmado por el artificial Sporting C, el mejor de una categoría regional de la que difícilmente salen valores. Pérdidas de tiempo y de dinero. Nada sorprendente con la incompetencia elegida para la confección del organigrama que dirigen Garro y Tejada. Difícilmente será útil para el negocio. Orlegi sabrá.
En cualquier caso, lo que tiene más repercusión es el primer equipo. El Mirandés lleva una línea aún peor que la del Sporting en la segunda vuelta y está a cuatro puntos del descenso. Las buenas palabras del míster y los 'artistas', quienes parecen agarrados a un clavo ardiendo, deben verse en el césped.
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