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Los seis empates seguidos sirven para ver menos alejada la permanencia y reducir casi a la nada la fe de los creyentes que hasta hace ... unos días pensaban en algún milagro.
Irarragorri está contento con la actitud de los 'artistas' y el trabajo del míster y ve en la falta de confianza la adversidad que impide estar entre los seis primeros. No es un análisis realista. El problema es de calidad, no anímico. Estas situaciones se producen por la falta de profesionalidad de los responsables que hacen las plantillas en el Sporting, sin aptitudes para cargos deportivos. Son aficionados metidos a técnicos, pero con la confianza del patrón.
Es complicado justificar a quien trajo a Caicedo, el único delantero centro específico de la plantilla, ofuscado para parar los balones. En el octavo mes liguero lleva dos goles, uno se lo quitó a Olaetxea y otro, de penalti. Mucha voluntad, pero la calidad futbolística es nula. Hay poco para destacar en los fichajes de Gerardo García y de los ojeadores de Orlegi. Salvo excepciones, no marcan las diferencias. Si Irarragorri sabe algo de fútbol, haría un cambio drástico en sus direcciones deportivas.
La confianza en Albés puede convertirse en una oferta de renovación. Mucho debería cambiar el panorama, porque la promesa hecha al míster en Washington no se corresponde con el potencial de la plantilla. El gallego parece orlegizado aunando voluntades sobre las ilusiones de 'play off', ahora desvanecidas, pero el empate de Córdoba pareció dejarlo tocado. Si no encuentra un proyecto sólido será difícil convencerlo. Y los que deben desarrollarlo son los incompetentes de los anteriores planes, sin categoría para estar en un club profesional.
El entrenador vigués parece afectado por las adversidades. Falta calidad y los resultados son regulares, además del cachondeo de las recuperaciones. Por cierto, uno de los médicos que vinieron de México con Orlegi ya tiene el título homologado en España. Del jefe Odin Vite nada se sabe, pero tiene la confianza del dueño. Es la mejor titulación en este Real Club, aunque se tarde en los diagnósticos y en las curaciones.
La alineación de Córdoba tuvo poco sentido. Entre los que no están a tono y los que el míster descentró fuera de su sitio la imagen fue decepcionante, salvo el arreón final. En los cambios, era más coherente quitar a Róber Pier con una tarjeta que a Maras, y el de Guille Rosas, otra vez, parece una obstinación. El empate de Dotor tapa poco.
El domingo viene el Albacete, ahora rival directo por la permanencia, con el Eldense a seis puntos. El empate sirve de poco. Es necesario ganar. En estos casos, los experimentos no son aconsejables. Funciona mejor poner a los mejores en su sitio. Así de sencillo. El problema es superar las limitaciones. Esa misión es para Albés, porque los desatinos de los cuerpos técnicos ahora no tienen solución. Igual pasa en Mareo. Mañana será otro día.
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