Un detalle satisfactorio de la pretemporada del Sporting es el acierto de Jordy Caicedo. El ecuatoriano aprovechó dos errores defensivos del Marino y otro del Celta, con pleno en la puntería. En todos los partidos hay despistes. El oportunismo y el acierto se valoran.
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Su ... historial goleador no es brillante, salvo su etapa búlgara, de la que pasaron más de tres años. En el Atlas de Orlegi no fue el goleador esperado. Ahora, en el Sporting es el único que vio puerta en las dos primeras pachangas. Ojalá siga la racha hasta junio.
La buena definición de Caicedo es un dato que siembra ilusión, aunque parezca un jugador lento y desgarbado. Puede aprovechar su corpulencia y su visión de portería. Es el único delantero centro específico de la plantilla y podría perderse varios partidos en el próximo curso si es llamado a su selección, lo que parece probable. Necesita competencia, pero no simulacros, ni compromisos empresariales, además de jugadores que acompañen y brillen en el capítulo de asistencias.
La plantilla sigue tuneada, pendiente de reforzar el ataque. La lógica dicta que son necesarios extremos verticales, que vuelven a estar de moda. Siempre dieron buen resultado. Ahora llega la alternativa de Dubasín, vistoso en una baldosa, pero sin largo recorrido. Destacó en el Albacete con Albés hace dos cursos. En el Basilea le buscaron la salida y en el Oviedo fracasó. El heterogéneo cuerpo técnico del Sporting no valora los detalles recientes. El rendimiento inclinará los aplausos a un lado o los pitos al otro. Es un jugador caro, pero un telegrama remitido desde Leorio nos dice que el Sporting está bien de dinero. Lo celebramos, porque así podrán hacerse inversiones en futbolistas de calidad.
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La política de incorporar descartes de clubes del nivel del Sporting no es congruente. Pasó con Sergio Bermejo, frustrado por una rotura de acuerdo que se puede llamar meniscal. Era otro conocido y recomendado del técnico gallego, con una confianza plena, como Olaetxea. El vizcaíno es un jugador de club, al que ya estamos viendo como pivote incrustado en el centro de la defensa. El sistema de contención parece apuntalado, pendientes de ver en acción a Curbelo y perfeccionar la zaga.
El cuerpo técnico está encantado con Mbemba. Quizá acabe siendo un central probeta, aunque con la imagen actual no lo parezca. Como Kembo, está ahí para rellenar. Si alguno se sale justificaría el ojo clínico de los creyentes técnicos de Mareo y permitiría colgarles alguna medalla. Es lo que buscan.
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Mientras, a los canteranos se les recortan las ilusiones. Por si no lo saben, los mejores traspasos, que sirvieron para mantener las arcas del Sporting a flote, fueron jugadores hechos en Mareo. Los últimos, Sergio, Meré, Dani Martín, Manu García, Gragera y Pedro, dejaron aquí casi 25 millones de euros.
Mientras Caicedo meta goles la ilusión seguirá viva. Lo demás casi ni se valora.
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