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Estos días estamos asistiendo con dolor y desconcierto al cerco de Gaza, una de las tragedias que marcan un hito de la realidad humana en ... esta primera parte del SXXI.
Para hablar de Gaza, o de Palestina en general, es necesario comenzar recordando un hecho radical, sin el cual no hay fundamento: la ocupación militar de Palestina es la mas larga del siglo. Comenzó tras la denominada Guerra de los Seis Días, una ofensiva planeada por Israel que estalló el 5 de junio de 1967, y dura hasta hoy.
Por terrible que sintamos la catástrofe genocida del cerco total, y la destrucción por bombardeos constantes y con artificios cada vez mas devastadores, esta catástrofe es la parte actual de un proceso de recurso a la guerra y a diversos tipos de violencia para la ocupación de Palestina, que comenzó hace décadas y cuyo final no se vislumbra.
Fueron muchas las opiniones notables, tanto del ámbito palestino como del israelí, que desde hace décadas vienen advirtiendo de las dificultades y las enormes consecuencias de violencia extrema y conflictos interminables que traería la ocupación militar de Palestina por los sionistas. Escritos y advertencias que se han repetido un año tras otro como premoniciones literales de la catástrofe actual
Valgan como muestra algunos ejemplos: Así lo advertía, en 2008, hace ya quince años, Goram Therbom, uno de los sociólogos más reconocidos en Europa:
«Israel es el último estado colonial europeo... Palestina estaba habitada, y la única manera de llevar a la práctica la idea sionista era poner en marcha un proyecto de ocupación y limpieza étnica, y la supervivencia en este hábitat hostil únicamente sería posible con la ayuda de las armas y de los recursos procedentes del extranjero: inmigrantes y dinero. Debido a la imbricación de la agresividad de los colonos sionistas, la industria petrolera y los lugares sagrados del Islam, Asia occidental se ha convertido durante la segunda mitad del S.XX en el principal foco de conflictos internacionales, tanto para la izquierda como para la derecha. En la actualidad es una región más sangrienta y caótica que nunca».
Años antes, varias décadas atrás, siendo Bush presidente de Estados Unidos, aliado incondicional de Israel, describía la situación de manera parecida:
«La aproximación a los problemas palestino-israelíes se hace cada vez más difícil: tras una serie de bombardeos aéreos que han causado decenas de muertos y lesionados entre la población civil de Gaza, el régimen israelí ordenó el bloqueo total de ese territorio palestino, lo que ha impedido la entrega de la ayuda humanitaria más esencial durante varios días. La medida ha impedido también la llegada del combustible necesario para hacer funcionar las termoeléctricas de la franja, lo que ha causado un corte de energía en toda la zona. La situación es particularmente crítica en los hospitales, donde se encuentran internados numerosos lesionados de los ataques aéreos de la semana pasada. Los reportes de prensa procedentes del lugar indican que se agotan las medicinas, los víveres, las velas en las tiendas, la tela para amortajar y hasta el cemento necesario para construir las tumbas».
Esta destrucción sin fin de Gaza, de sus casas, campos, hospitales, escuelas, que ahora se está produciendo semana a semana, con cifras de muertos y de heridos que no se pueden contar porque aumentan cada minuto, no puede tener ninguna justificación, ni explicación. Esto produce un doloroso desconcierto incluso en los sectores israelíes que la buscan y no encuentran mas que el absurdo.
El escritor sionista Ari Shabel publicó hace unos días en el diario hebreo 'Haaretz' unas reflexiones terribles, de las que tomo sólo un párrafo:
«Parece que hemos superado el punto de no retorno, y es posible que Israel ya no pueda poner fin a la ocupación, detener los asentamientos y lograr la paz. Parece que ya no es posible reformar el sionismo, salvar la democracia y dividir a la gente. Desde el momento que llegaron a Palestina, los 'israelíes' se han dado cuenta de que son producto de una mentira creada por un movimiento que utilizó todos los engaños».
Termino con una valoración de Slomo Sand, historiador Judio, profesor en Tel- Aviv:
«La ocupación militar de Palestina por el Estado de Israel no tiene ninguna legitimación ética, y la acusación de antijudaísmo a la crítica de la política de ocupación del Estado de Israel es pura falacia: es Israel quién contraviene las mejores tradiciones de los judíos».
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