Las primeras décadas del siglo XX dieron lugar a un ideología nacionalista que fomentó el belicismo hasta el punto de producir una de las épocas ... de mayor destrucción y sufrimiento de la modernidad: dos inmensas guerras mundiales que causaron más de cien millones de muertos y la destrucción al completo de ciudades como Bremen. Igualmente, dieron carta de naturaleza a los bombardeos sobre población civil y al inicio de los bombardeos atómicos.
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En Europa, sin embargo, las décadas siguientes fueron denominadas 'las gloriosas' porque se crearon alianzas duraderas como la UE, con una paz estable junto con el desarrollo de políticas de carácter público en educación, sanidad y derechos sociales diversos: el 'estado del bienestar'. Esas políticas sociales tienen como base ética la consideración de la igualdad de derechos de todas las personas, es decir, una base humanista.
No obstante, ya a finales de ese siglo comenzaron cambios radicales en lo social y económico, encabezados por 'malabaristas' como Reagan y Thatcher, que asentaron una concepción dualista: las personas pobres y las inmensamente ricas, las naciones imperiales y las del llamado 'tercer mundo', las colonizadoras y las colonizadas... Dichos cambios fueron respaldados por élites culturales, cuya idea central era el fin de lo humano, la puesta en cuestión del concepto humanista. El psicólogo americano Skinner titula su libro 'Más allá de la libertad y de la dignidad'. En él escribe: «Creer en una cosa tal que el libre albedrío y la autonomía moral es el relicario de una visión mítica y precientífica del ser humano; la atribución de una responsabilidad y de una dignidad personal impide el progreso científico». Otro ejemplo: el historiador israelí Yuval N. Harari, en su libro 'Homo Deus', afirma que «la inteligencia artificial rinde poco a poco la concepción humanista del hombre». En otras palabras, para los escritores posthumanistas, como los define Harari, todo es materia enteramente manejable por las ciencias naturales.
Frente a esta ideología, en 2020 Thomas Fuchs, en su libro 'Defensa del hombre', señala que la visión nihilista del ser humano de Harari y los antihumanistas refleja los deseos de dominación de las élites mundiales del poder: «En el mundo entero sistemas de vigilancia numérica son creados con la Inteligencia Artificial, dominando al hombre con la tecnología social».
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¿No existe una relación de fondo entre esta negación del humanismo y los crímenes y la violencia sin freno que está llevando a cabo el Estado de Israel, que ha rechazado todas las normas éticas y políticas de Naciones Unidas y que está actuando permanentemente para su desaparición? Cometer crímenes de guerra, destruir edificios enteros donde viven civiles, por la sospecha de que se encuentra en su interior un dirigente de una organización enemiga; acabar con la infraestructura civil de un lugar, incluidos sus hospitales, colegios y lugares de culto; impedir la entrada de alimentos y medicinas, realizar declaraciones de intención genocida... Todo eso vulnera el derecho internacional y el sentido de la humanidad.
Israel ha prohibido la presencia de periodistas extranjeros en Gaza. No quiere testigos de lo que está ocurriendo. Un centenar de periodistas gazatíes han sido asesinados por las bombas israelíes, algunos de ellos en ataques deliberados. Hasta ahora, el Ministerio de Sanidad de Gaza cifra en 42.126 los palestinos muertos por la invasión israelí. Son, aproximadamente, el 2% de la población de Gaza. Hay también 98.117 heridos. Hasta mediados de septiembre, han identificado a 34.344 de ellos. Se desconoce el nombre de los demás. De ellos, 1.999 son personas de más de 60 años; 6.643, mujeres adultas; 11.355 niños, niñas y adolescentes. El resto, 14.347, son hombres adultos.
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El personal medico-sanitario, que ya había sido voluntario en otros conflictos bélicos, afirma no haber visto nunca nada parecido. Jamás habían tenido ante sus ojos tantos cadáveres de niños y adolescentes. 'The New York Times' ha recogido algunos testimonios: «Una noche, a lo largo de cuatro horas en la sala de urgencias, vi a seis niños de entre cinco y doce años, todos con un único impacto de bala en el cráneo» (Dr. Mohamad Rassoul Nuwar, de Pittsburgh). «Vi a varios niños a los que habían disparado con balas de alta velocidad, tanto en la cabeza como en el pecho» (Dr. Mark Perlmutter, de Rocky Mount, Pensylvania). «Nuestro equipo atendió a cuatro o cinco niños, de cinco a ocho años, a los que dispararon con un solo tiro en la cabeza. Todos llegaron a urgencias al mismo tiempo. Todos murieron» (Dr. Irfan Galaria, de Chantilly, Virginia).
Es imposible no sobrecogerse ante una matanza de estas dimensiones, salvo que hayamos perdido el sentido de lo humano, el que reconoce la dignidad absoluta de todas y cada una de las personas, que es la base de la paz y la justicia de una sociedad humanista.
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