Vecindario

Hace algún tiempo ya, pero quienes tenemos una cierta edad, podemos recordarlo sin problema, se hablaba de la deshumanización de la sociedad como quedaba patente en los edificios de viviendas en los que cada familia hacía su vida sin apenas relacionarse con el resto al que sólo veían una vez al año coincidiendo con la reunión de propietarios.

Incluso, de vez en cuando, aparecía, y aparece, una noticia en los medios de comunicación que habla de la muerte de una persona cuyo cadáver se encontró meses después de producirse, a veces años, ya que vivía sola y la mayoría de los vecinos no la echaron de menos.

Que las ciudades han ido cambiando no deja de ser una obviedad pero, lamentablemente, no sólo lo han hecho en cuanto al diseño de calles y plazas o en cuanto al tipo de construcción de nuevos edificios, también lo han hecho en relación a los comercios que, históricamente, acompañaron al vecindario y así podemos constatar día tras día, la desaparición de las tiendas tradicionales en las que los dueños conocían a los clientes y viceversa, hoy han sido sustituidos por franquicias de las que los vecinos solo conocen el nombre.

También aparecieron otro tipo de negocios, se conocen como pisos turísticos y sin entrar en su legalidad, que se da por supuesta, también modificó sustancialmente las relaciones entre los vecinos, especialmente en los comportamientos, y así nos va.