No tirar la toalla

Me viene este amigo a la memoria al leer, esta misma semana, una noticia en EL COMERCIO titulada 'Detenido en Asturias por explotación laboral: doce horas al día de lunes a domingo por 700 euros al mes'. 'El empresario arrestado por la Policía Nacional prometía además a los trabajadores arreglar su situación irregular por 5.000 euros'.

Por supuesto que no todo el empresariado actúa de la misma manera, pero raro es el mes en que los medios de comunicación no incluyan alguna reseña hablando de abusos a personas 'sin papeles'. Ahí está el caso de El Ejido y su submundo, pero no es el único lugar ni en España ni en Europa.

En cualquier caso, lo que no deja de llamarme la atención es la deshumanización tan enorme a la que han llegado las sociedades occidentales, que no son capaces de ponerse en la piel de los inmigrantes, quienes al sacrificio que conlleva alcanzar 'la tierra prometida' deben añadir las condiciones infrahumanas con las que se encuentran una vez instalados en el mundo soñado.

Entre opiniones deleznables y un estruendoso silencio por parte de quienes viven inmersos en la opulencia, aunque a la mayoría no les lleguen ni siquiera las migajas que caen de la mesa, aquí están estos hombres y mujeres que, como mi amigo, no tiran la toalla y que al final, estoy seguro, serán más fuertes que los canallas que hoy los desprecian.