Teatro

Curiosamente, yo recordaba que hace unos cuantos años Manuel Alcántara, maestro de periodismo, escribió una columna con ese mismo título, 'La teatralización de la política', en la que entre otras cosas decía: «Dentro del elenco de términos de la política posiblemente el de representación sea uno de los más fecundos».

La representación en la política no es solamente la acción que, en nombre de sus votantes, realizan las personas elegidas, sino también la actuación que ante sus adversarios, sus correligionarios y, especialmente, ante los medios de comunicación llevan a cabo quienes viven de y para la política. En todo caso, creo que la teatralización se ha ido apoderando de todo tipo de actividad y hoy no sólo está presente en la acción política, sino que se encuentra inmerso en todos los ámbitos, especialmente, en el de la vida.

Tal parece que se trata de representar siempre un papel, que en unos casos le pudo ser asignado a la persona y en otros fue elegido por ella misma. Y como escribiera Gil de Biedma, «envejecer, morir, eran tan solo/las dimensiones del teatro... pero al final la verdad, desagradable, asoma/ Envejecer, morir, es el único argumento de la obra».