San Fermín

No es una celebración reciente ya que hay que situar sus orígenes en la edad media si bien es cierto que 'Fiesta', la obra del premio nobel Ernest Hemingway escrita en el primer tercio del siglo XX, le dio una dimensión universal ampliada en los últimos años merced a la televisión.

En cualquier caso no quiero hablar, sólo, de los encierros ya que los sanfermines van mucho más allá de todo eso. Las imágenes de miles de personas participando, desde la plaza, del momento del Chupinazo muestran la comunión, la identificación de una sociedad con sus tradiciones más arraigadas, en definitiva, con su cultura.

No me canso de insistir en la pluralidad de España y, por tanto, de una gran variedad cultural que, una vez y otra, quienes se quieren apropiar del santo y la limosna niegan porque entienden que la patria es la suya, la uniformada en la que no caben opiniones diferentes sean estas del tipo que sean. Para mí San Fermín representa un paradigma como símbolo de unidad de un pueblo dentro de la disparidad de una España en la que, pese a los grilletes de todo tipo que les intentaron poner, siempre tuvieron cabida la diversidad y las discrepancias porque es eso, precisamente, la que la convierte en más rica, en más fuerte, y sobre todo en única.

En esta comunidad podemos presumir de algo parecido, aunque menos multitudinario, como es el canto del Asturias Patria Querida en el puente de Arriondas el día de les piragües y que nadie se engañe, estas dos fiestas no debilitan a España, la fortalecen.