Hace unos días que los medios de comunicación dieron a conocer una noticia en la que se informaba de que la Comisión Europea, debido a la presión de la industria, había eliminado una serie de propuestas encaminadas a reducir los residuos de envases plásticos.

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Llevamos ... muchos años escuchando y leyendo que el abuso de la utilización de todo tipo de recipientes de plástico, botellas, bolsas etc., se ha convertido en uno de los principales focos de contaminación en los mares, deteriorando hasta el extremo los sistemas acuáticos. Las medidas propuestas por la Comisión y que fueron rechazadas proponían, entre otras, reutilizar envases y prohibir envolver en plástico frutas y verduras.

Según el responsable de Residuos de Greenpeace en España, «el 40% del plástico en Europa proviene de envases de usar y tirar», y continúa el experto asegurando que «hay evidencias de que el ser humano tiene microplásticos en la sangre, en las vísceras, en la orina y en los pulmones».

Por otra parte, se sabe que en el año 2021 cada persona en Europa generó cerca de 190 kilos de residuos y plásticos.

Sin embargo, pese a todas estas evidencias la presión ejercida por las corporaciones relacionadas con el sector ha conseguido parar la propuesta de la Comisión Europea.

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Recuerdo de mi pasado sindicalista, ya en la prehistoria, la utilización de la expresión 'presión' ante todo tipo de conflicto o ante cualquier negociación. Ahora, en un tiempo en el que parece que son los pájaros quienes disparan a las escopetas, la presión ya no la ejerce la clase obrera, sino los grupos empresariales que se conocen como lobbies, aunque en el fondo, y en la forma, no dejan de ser las mafias de toda la vida. Y ya se sabe que para la mafia no hay nada personal, sólo es negocio.

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