Niñez

Escucho la canción mientras leo una noticia que nos cuenta que, este pasado martes, el Parlamento Europeo aprobó con 386 votos a favor, 87 en contra y 141 abstenciones una resolución en la que se pide a los Estados miembros asegurar la aplicación total de la Garantía Infantil Europea.

Esa medida trata, fundamentalmente, de garantizar el «servicio efectivo y gratuito a la educación, las actividades escolares, la atención sanitaria y una comida saludable cada día escolar».

No deja de llamarme la atención que esta Garantía está pensada para ser aplicada en Europa, es decir, en un continente formado por países de los que pueden considerarse ricos en relación con los de otros lugares de la tierra.

Estamos en el siglo XXI acabando, casi, el primer cuarto y, sin embargo, hay que aprobar una resolución que garantice que la niñez disfrute de los derechos más elementales. Y si esto ocurre en la vieja Europa, mete miedo pensar en lo que estará sufriendo la infancia en otros países, en otros continentes.

¿Cómo es posible que esto ocurra? ¿Cómo es posible que 87 personas con representación en el Parlamento Europeo puedan votar en contra de unas medidas cómo estas y otras 141 se abstengan?

Para esas personas que sientan sus posaderas en la eurocámara, estos últimos versos del poema de Armando Tejada Gómez: «Pobre del que ha olvidado que hay/ un niño en la calle/ que hay millones de niños que/ viven en la calle/ y multitud de niños que crecen en la calle».