Urgente La familia García Vallina pone a la venta TSK para poder seguir creciendo

Hace unos días, a causa del derrumbe de un andamio en la construcción de un gran edificio en Lausana (Suiza), murieron cuatro trabajadores, dos de ellos portugueses y otro de origen albanés. Los medios de comunicación no hablan de la nacionalidad del cuarto fallecido.

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Leyendo ... la noticia, me vino inmediatamente a la cabeza otro accidente ocurrido en el pasado mes de marzo, en el que un barco chocó contra un puente en Baltimore (EE. UU.), que acabó derribando. En aquel accidente, que se produjo de noche, murieron siete trabajadores, todos ellos inmigrantes que habían llegado a la ciudad de Maryland desde centro y sudamérica.

Es indudable que las diferencias entre un accidente y otro son muy grandes, pero se dan también algunas similitudes que merece la pena señalar. En ambos casos los trabajadores eran inmigrantes que buscándose la vida abandonaron sus lugares de origen, y en los que deberían de ser sus países de acogida encontraron la muerte.

Intento señalar aquí la contradicción que existe dentro de las sociedades más avanzadas que, por una parte, desprecian a las personas inmigrantes, pero por otra las necesitan para llevar a cabo los trabajos que los nativos no quieren realizar

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La Seguridad Social en España, registró 2.801.255 personas extranjeras afiliadas en el mes de junio y es conocido que sus trabajos los realizan en los sectores peor pagados y socialmente menos respetados

Fue la utopía la que llevó a los trabajadores muertos en Lausana y a los fallecidos en Baltimore a abandonar su casa, su pueblo, su gente. Pero que nadie dude que es la utopía la que hace avanzar a la humanidad y, pese a los palos en las ruedas, el deseo de igualdad y de justicia es imparable y se acabará imponiendo.

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