Se desinfla el globo

Para que la empresa llegase a esta decisión han tenido que pasar varios años, en los que su desprecio a la ley (decisión del Tribunal Supremo incluida) y a las multas por parte de las Inspecciones de Trabajo acabó transformándose en una aceptación, que parece evidente no era de su agrado, pero que, entre sanciones e intereses, alcanzaba ya cerca de 500 millones de euros de deuda, además de la regularización de esas personas, alrededor de 60.000, como trabajadoras por cuenta ajena, que significará otros 267 millones

No se está hablando aquí de cantidades pequeñas y, al igual que en el caso de Glovo, ha habido, y hay, bastantes más grandes corporaciones que echan un pulso a los estados en los que obtienen sus beneficios porque se sienten más poderosos que ellos. Basta recordar que hay diez empresas transnacionales en el mundo con más poder económico que 180 países. Sin embargo, en ocasiones, como ha ocurrido en este caso, David vence a Goliat y la impunidad acaba siendo castigada. Las bicicletas, y quienes las montan con grandes mochilas sobre sus espaldas, hace ya algunos años que forman parte del paisaje urbano en las ciudades y esta medida que, obligada por la ley y por las sanciones económicas, toma la empresa no significa que dejemos de ver a los repartidores pedaleando a cualquier hora del día y de la noche. Lo que espero es que ese pedaleo a partir de ahora, y para siempre, resulte un poco más alegre y que el Globo (en este caso con 'v') se desinfle definitivamente.