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La verdad es que para el equipo azulgrana la pasada temporada ha estado cargada de vicisitudes. Empezó con el burofax de Messi a Bartomeu y termina con una derrota humillante en la Liga.
Ronald Koeman se ha esforzado por mantener en tensión competitiva al equipo, ... pero al final se le ha caído por completo. Todos pensábamos al llegar la recta final de la Liga, que los blaugranas iban a salir vencedores, gracias a una capacidad goleadora que, en efecto, funcionó por momentos muy bien. De hecho, los culés obtuvieron 85 tantos a favor, mientras que Atlético y Real Madrid solo alcanzaron 67. En cambio, en el aspecto defensivo su bagaje ha sido notablemente peor, ya que recibieron 38 goles, frente a los 25 de los rojiblancos y 28 de los merengues.
La gran decepción llegó con la derrota contra el Granada en el Camp Nou, el empate con el Levante en Valencia y, como remate, la caída a manos del Celta en casa.
La Copa del Rey ha sido el único premio de consolación de la temporada, puesto que incluso perdieron la Supercopa de España con el Atletic Club de Bilbao.
En el horizonte, la decisión de Messi para seguir en el club, para la que la llegada del Kun Agüero supone un revulsivo, determinará la composición de la plantilla y el nuevo proyecto deportivo.
La nueva directiva presidida por Laporta desde el pasado 7 de marzo ha tenido muchas dudas sobre la continuidad de Koeman, que es un barcelonista integral, pero un entrenador limitado, pero finalmente ha sido ratificada su continuidad, después de un excesivo desgaste público, que le puede pasar factura durante la temporada próxima.
En cualquier caso, las dificultades económicas van a ser decisivas en la planificación y será imprescindible acertar en los futuros movimientos. Sin embargo, la decadencia de la plantilla es relativa, como se vio en buena parte de la temporada, por eso no cabe esperar un bajón significativo en sus aspiraciones. Si bien para competir de veras en la Champions sí que se precisará un equipo más estable en la competitividad, pues es pensable que la mejor versión de Messi ya no resplandezca todos los días.
Las persistentes eliminaciones en la Champions en los últimos años y, en concreto esta vez con el PSG, han sido catastróficas para la credibilidad del equipo. Solo hay algo más positivo y es que, superada la crisis directiva con las elecciones, ahora la organización del club sea más coherente y pacífica.
El cuarto clasificado fue el Sevilla de Lopetegui, un conjunto que ha ido ganando solidez y eficacia. Cayó en la Champions con dignidad frente al Borussia Dortmund de Haaland, una de las figuras estelares europeas del momento.
Pero en la Liga mantuvo el pulso hasta casi el final, donde la derrota frente al Bilbao le frenó la carrera por el campeonato, aunque siempre afirmaron que no era para ellos un objetivo imaginable. La eliminación en la Copa por el Barça, tras un 2 a 0 en el Pizjuán, fue un duro golpe psicológico, que también rebajó sus opciones finales. Pero el Sevilla es un candidato valorable, pues aunque cambie parte de la plantilla, Monchi, como director deportivo, es un experto en reposiciones, así que habrá competitividad. En-Nesyri y Navas han sido para mí dos piezas fundamentales, pero la idea de conjunto es una prioridad en el equipo de Nervión.
Sin alargar demasiado el detalle, hay que señalar que las campañas de la Real Sociedad y Betis han sido muy incisivas, y el quinto y sexto puesto alcanzados, con derecho a un puesto en la Euroliga, son un justo premio a su labor. Aquí también las gestiones de Imanol Alguacil y Pellegrini son encomiables y merecen un reconocimiento explícito
Merece la pena citar igualmente la buena recuperación experimentada por el Celta, tras su cambio de entrenador, ya que el equipo despertó de un duro letargo con la llegada del argentino Chaco Coudet. Asimismo la temporada del Granada, tanto en la liga como en la Euroliga, ha sido estupenda, con Diego Martínez como míster cotizado, que tendrá seguro un destino importante en la próxima temporada
Pena que el Atletic Club no haya continuado el momento inicial dulce al llegar Marcelino García Toral, con aquellas dos victorias sonadas contra Real Madrid y Barça en la Supercopa, alzándose con el título de forma épica, pero totalmente justa.
Cerraremos el recorrido con la decepción final que nos dejó el Sporting, después de una campaña importante, siempre entre los seis primeros, para poder optar al ascenso, pero al final el Rayo logró desplazarnos. Lógico resultado de un fin de temporada desastroso, con cinco partidos perdidos, tres empatados y solo dos ganados, en los diez últimos encuentros. Ese bajón debe ser valorado y, por mucho que falten recursos, hay que tomar medidas que lo eviten en lo sucesivo.
Ahora a esperar la Eurocopa, con esa selección incógnita de Luis Enrique, cuyo periplo examinaremos en su momento.
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