No soy nacionalista. Me confieso socialista, aunque los contornos ideológicos, últimamente, para algunos sean como chicle. Admito, como lo más natural, que las divisiones administrativas o políticas no coincidan con los linderos culturales en materias como la lingüística, la etnografía o tantas otras. Porque la ... geografía también condiciona mucho. ¿Que en el pasado cabía acomodar mejor una realidad social a la oficial? Sin duda. La división provincial de 1833 pudo ser otra, pero hay circunstancias más determinantes en la historia, tantas veces irreversible. Porque el pasado es el pasado y no es cosa ya de pedir la devolución del Rosellón y la Cerdaña, aunque lo hagamos con Gibraltar.
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Asumir que las realidades son cambiantes creo que es algo elemental. Como también lo es que los territorios fronterizos comparten muchas cosas sin tener que renunciar a su esencia. De ahí mi discrepancia con el nacionalismo colonialista, que lo que busca, en última instancia, es magnificar –y correr– los linderos administrativos a su conveniencia. En España sabemos bastante de este expansionismo ideológico, presente en Cataluña y también en Galicia, que nos queda más cerca.
Cuento esto a propósito de la manifestación en sede parlamentaria del diputado del BNG don Néstor Rego, a propósito de la lengua hablada –más o menos– entre los ríos Eo y Navia de nuestra región. Una afirmación patrimonialista y sin matices, ya que nadie duda de la vinculación de la fala de nuestro extremo occidental con la familia galaico-portuguesa, pero el asunto es ciertamente mucho más complejo, también desde la vertiente sociológica, que no es cuestión baladí. Los medios han destacado que ningún diputado asturiano, ni los que defienden la cooficialidad del eonaviego, dijo ni pío. Quizá, no lo he mirado, no procedía reglamentariamente. Pero se va a hablar mucho de este tema. A mí, esta obsesión 'invasora', y más proviniendo de quien dispone de una rica realidad cultural propia, me resulta patética. ¿Reivindicamos los asturianos el mapa diocesano hasta 1954 o hasta donde penetran los hórreos asturianos? ¡Por favor! Disfrutemos de lo que nos une a las dos orillas y no soñemos con linderos más falsos que una moneda de tres euros.
Por razones subjetivas, que no detallo, tengo desde niño, fomentado por la biblioteca paterna, un gran interés por la filología asturiana, y si no cursé una licenciatura de Letras fue, lo confieso, porque andaba flojo de latines, al haber hecho el bachiller de Ciencias. Pero sobre lo que ahora llaman eonaviego y sus variantes, vengo leyendo todo cuanto me es accesible y me interesan, sobremanera, las investigaciones y conclusiones, no siempre concordes, de los científicos. Porque además, también por motivos personales, oí hablar en esa fala desde que nací y, con imperfecciones, disfruto escuchándola e incluso –y no en la intimidad– hablándola con amor y con amores.
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Abordando este tema, por razones de actualidad, he recordado, al pasar por los límites de Tapia y Castropol, a un prohombre de la zona, el marino y diseñador del primer destructor de la Armada Fernando Villaamil Fernández-Cueto, nacido un día 23, pero de noviembre, de 1845 en el pueblo de Serantes, donde, curiosamente, residió mi abuelo paterno durante parte de la Guerra Civil. Seguro que don Fernando no fue ajeno a la fala familiar y aunque estudió en Ribadeo, Oviedo y Madrid, se sentía asturiano hasta la médula.
Y en esa misma fecha del calendario será la festividad de San Clemente, Papa, patrono de los colegiales españoles que desde 1364 venimos estudiando en Bolonia. Confieso que nunca me he encomendado a su santidad ni tampoco, como era mi deber, he rezado por el fundador del colegio, el cardenal don Gil de Albornoz, conquistador expansionista de brazo armado. En tan venerable centro, por cierto, estudió, ahora que el español ha perdido protagonismo en el Congreso de los Diputados, Elio Antonio de Nebrija, el autor, en 1492, de la primera Gramática castellana, pionera con respecto a las demás lenguas europeas. Quiero pensar que todas sus señorías conocen perfectamente su obra y biografía.
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