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El rifirrafe en el último pleno municipal, que culminó con la no aprobación de una declaración institucional contra una agresión homófoba ocurrida en la ciudad, ... hizo resurgir las profundas heridas que parte del movimiento feminista y de la propia izquierda siguen exhibiendo cuando entran en escena las personas 'queer'. Estas heridas no son nuevas y el PSOE gijonés, con su rechazo a incluir las siglas 'Q' y '+' en la condena a ataques sufridos por personas LGTBI, no ha hecho más que agravarlas.
Ya en las jornadas que cada año celebra la Escuela Feminista Rosario de Acuña se vienen registrando sonoros debates, casi todos contrarios al colectivo 'queer', conformado por gente que rechaza etiquetas fijas para definir su identidad u orientación de género. Mentar la 'Q' en estas charlas es como convocar al mismísimo Rubiales. Tanto es así, que las feministas más jóvenes optaron por formar una escuela alternativa, donde todas las siglas tienen cabida o, al menos, su espacio. El caso es que la polémica sobre «dame una 'Q', dame un '+'», con reprimenda incluida de la FSA al PSOE gijonés por su postura, nos ha alejado de lo importante. Y es por qué, en pleno siglo XXI, unos jóvenes increpan a una taxista e intentan abrir la puerta del vehículo al grito de: «¡tienes un maricón en el coche!».
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