Secciones
Servicios
Destacamos
No es la primera vez que nos referimos en esta tribuna a la penosa experiencia de tener que salir o llegar a Gijón en tren. ... Contamos desde hace décadas con una vergonzosa estación ferroviaria y ahora tenemos que sumar los lamentables trenes Avlo, la filial 'low cost' del AVE de Renfe que entiende que lo barato debe conllevar incomodidad, fealdad y poca eficiencia. Subirse a un Avlo es toda una aventura, por lo general, desagradable. Y si te toca viajar en el asiento compartido de cuatro, reza para que no haya retrasos que hagan tu experiencia aún más larga. De hecho, volví de mi viaje con una tendinitis de hombro que creo haberme hecho debido al titánico esfuerzo realizado para no invadir el espacio de mis compañeros de butaca, unido al violento traqueteo soportado durante gran parte del recorrido.
Las demoras ferroviarias son moneda corriente. Muchos de los viajeros de regreso a Gijón lo tomaban ya a broma: 'que si yo cojo el que suele demorar tres horas más', 'que si yo el que se queda tirado en medio de la nada, sin explicación alguna'. Varios de esos pasajeros eran actrices, actores, productoras y cineastas que venían al Festival de Cine y que al llegar se encontraron con una estación 'pelada' y con una tremenda cola, sin orden ni concierto, para coger un taxi (y sin ningún coche a la vista). ¿Y ahora, qué hacemos?, preguntaban desconcertados. Una lamentable escena que no estaría mal como arranque de una peli para contar que Gijón no es precisamente una ciudad de cine.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.