Realidad incómoda

Para entender la postura de Zapico hay que partir de las circunstancias en que se constituyó IU. En marzo de 1986, ante el referéndum sobre la OTAN, el Partido Comunista, otros grupos pequeños y personalidades independientes, como Antonio Gala, formaron una plataforma, bajo el lema 'OTAN, no'. El Gobierno de Felipe González ganó el pulso en las urnas, España quedó dentro de la OTAN y un par de meses después apareció IU, como nueva organización política nacida de los mismos ingredientes con que se había creado la oposición a la OTAN. En conclusión: IU es por razones fundacionales acérrima enemiga de la OTAN y nada beligerante con el poscomunismo ruso, liderado por Putin. Este segundo rasgo es una herencia del PCE, que también, a su vez, nació de una escisión de la socialdemocracia, abrazando las tesis de Lenin. La historia es mucho más larga, pero trato sólo de razonar por qué Zapico tiene aversión a la OTAN, no hace alusión a la guerra de Ucrania (cuando empezó la invasión, IU envió un comunicado donde decía que «una nueva guerra en el continente europeo nos demuestra que la OTAN es un factor de desestabilización») y quiere frenar los planes de rearme europeo.

La situación internacional ha dado un giro inesperado y algunas de los temores del pasado se vuelven actuales, como el expansionismo ruso. La Europa de las libertades tiene que invertir mucho en defensa para buscar el equilibrio con el ejército ruso y sus aliados (China, Irán, Corea). Si no lo hace, es muy probable que Putin se anime a recuperar el territorio perdido y volver a las fronteras de antes de la caída del muro de Berlín. Podemos llamarlo rearme (es la expresión correcta) o apuesta por la defensa, pero un tanque es un tanque y un misil es un misil. Sirven de disuasión o para rechazar un hipotético ataque del enemigo. En ningún caso se los puede asemejar a las oenegés o a los cascos azules de la ONU. Sin un fuerte aumento del poder militar, la Unión Europea puede sucumbir. Si Ucrania fuese una potencia militar, nadie la hubiera invadido. Esa es la razón por la que a EE UU, que estuvo en todos los conflictos bélicos habidos en el mundo, nadie osó lanzarle un misil. Está la excepción de Pearl Harbor y los japoneses se arrepintieron infinitamente.