Ni deseos ni promesas

El sorprendente final de la legislatura elegido por Pedro Sánchez va a añadir indefinición y retraso sobre las infraestructuras asturianas que estaban en la agenda. La actividad administrativa entra en vía muerta, se quiera reconocer o no; el impulso político, de existir, desaparece y todo ... lo que no está cerrado vuelve a la casilla de salida. Pasó en ocasiones precedentes y ocurrirá ahora también. Los cacareados 'Acuerdos de la Castellana', con los que el Ministerio de Transportes, el Principado y el Gobierno de Cantabria pretendían poner fin al escándalo de los trenes que no cabían por los túneles, quedan aparcados. En los tres meses y medio que transcurrieron desde su firma, no se licitó el contrato para renovar la flota de trenes y la propuesta de extender la gratuidad del servicio por dos años carece de vínculo jurídico. Son ententes políticas que no se han reflejado en contratos ni cuentan con partida presupuestaria alguna. El Ministerio de Transportes se dio prisa para alcanzar el consenso, pero, luego, siguió con la parsimonia habitual para ejecutarlo. En los pactos se contemplaba el nombramiento de un comisionado para el Plan de Cercanías 2017-2025. Esa parte de los acuerdos se cumplió. Así como es un acierto nombrar un comisionado para el Corredor Atlántico, por su complejidad, creo que hacer lo mismo con el plan asturiano de cercanías es una mera operación de imagen.