Secciones
Servicios
Destacamos
El cómputo de nacimientos y defunciones en Asturias arroja un saldo de tres mil y pico a favor de defunciones. Se ve que vamos a menos, y una cifra similar se repite por el resto de una vieja Europa que reniega de la natalidad. Ese ... bajón constituye un imán que atrae a quienes no tienen con qué rellenar olla y plato. Se sabe que cuando las ganas de comer aprietan, incluso osos, gaviotas, gorriones, urracas y jabalíes abren vías para alimentarse con nuestros desperdicios. Ahora son imitados por miles de carentes de recursos que, aunque tengan que pasar las de Caín, acuden a las zonas de platos colmados, aunque eso les cueste dejar aliento y vida en los mares, hoy cementerios de ingenuos soñadores.
La cosa fue siempre así, y repetimos. Si nos situamos en la historia, recuerden que esta península fue lugar de asentamiento o paso de pueblos que, empujados por el hambre y la necesidad, la 'okuparon'. Memento. Primero fueron nómadas que, ya en el paleolítico, ubicaron sus culos neandertales y cromañones en los vacíos poblacionales de Iberia. Como Hispania era una manzana muy sabrosona, pronto les sucedieron otros muchos. Recuerden celtas, iberos, el paquete en que iban astures, cántabros, o várdulos, caristios y autrigones de unas vascongadas que todavía estaban por hacer. Más tarde arribaron tartesios, griegos, fenicios o cartagineses, compitiendo pronto con una ambiciosa Roma que pretendía incluir el orbe entero en su imperio universal. Y cuando lo romano decayó, nuevos hambrientos lo sustituyeron, pues siempre es así. Por norte y sur asomaron suevos, vándalos y alanos, a instalarse en una tierra en la que pensaban que manaba leche y miel. Aquellos primeros bárbaros fueron absorbidos en seguida por otros más dotados para la supervivencia, los visigodos, que duraron por aquí hasta que el imperialismo islámico, por cerrar la tenaza del Mediterráneo, invadió y ocupó sus reinos.
Y también España ha emitido emigrantes hambrientos para que se adueñaran para la corona de espacios con posibles. Recuerden a Colón y a los conquistadores. Y recuerden también que muchos 'indianos' salieron de Asturias y Galicia porque las ganas de comer son universales y aprietan a todo quisque. Por eso sería bueno que hoy, algún xenófobo imbécil, y valga la redundancia, se dedique a repasar la historia, a razonar el caso y a tratar con respeto, humanidad y empatía a los actuales 'okupas' de Europa. Gente que, además, es de hecho un oportuno, bienvenido y útil repuesto para nuestras mermadas tasas de natalidad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.