Cuando el rey aragonés Fernando II casó con Isabel la Católica, reina de Castilla con nombre de parque, ya tenía un hijo llamado Alfonso con Aldonza Ruiz de Ivorra. El Fernando era un no parar. Tuvo amores, e hijos, con Juana Nicolás, Toda de Larrea, ... Juana Pereira y con Germana de Foix, segunda esposa. Es lo que tiene ser rey, que te lo piden. Su nieto Carlos I, por cumplir la rutina heredada, tuvo amores con su abuelastra Germana de Foix, y también con Juana van Gheest, Catalina Rebolledo, Tadea de Austria y con Bárbara Blomberg, madre del Juan de Austria, héroe de Lepanto, Ahora bien, el Austria más adulterino fue Felipe IV, monarca de libido desatada. Ana Manrique, María Calderón, Constanza Ribera Orozco, Mariana Cuevas, Ana María de Uribeondo, Casilda Manrique, Tomasa Aldana, Margarita de Escala fueron suyas, que su valido el conde duque se las colocaba a tiro por interés propio.

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Ahora bien, si hay un rey medalla de oro de la promiscuidad ese es Fernando VII, Borbón poseedor de una hipertrofia genital que le empujaba a cumplir con la usanza real de forma compulsiva. Eso sí, con todas menos con sus cuatro esposas, que el 'rey felón' era asiduo a las mancebías, la principal la de 'Pepa la malagueña', Josefa de Montenegro, su único amor, a cuyo burdel acudía acompañado de un lacayo que le acarreaba una almohadilla en U, de esas de dormir en el AVE, cuya finalidad era que su majestad no destrozara a la meretriz de turno. No es de extrañar que su hija Isabel II fuera la Borbona más devota del adulterio fino, que tuvo doce hijos y ninguno con Francisco de Asís, su marido. Que el conde Enrique Puigmoltó y Mayans, miembro de la larga lista de favoritos de Isabelona, fue el padre de Alfonso XII, hijo y sucesor. Los amores que luego Alfonso XII mantuvo a espaldas de su legítima, M. Cristina de Austria, 'doña Virtudes', con las actrices y cantantes de ópera Adelaida Borghi y Elena Sanz tienen en Galdós un valioso reportero. Lean. Y su hijo Alfonso XIII, por no ser menos y por cumplir con el patrón borbónico, siempre mantuvo enhiesto y enarbolado el cetro regio, pues hubo amores con Melanie de Gaufridy y con la actriz Carmen Ruiz Moragas, cuyo vástago, don Leandro, a alguno le sonará, murió hace ocho años sin dejar de reclamar el apellido de la casa borbónica para sí y para su descendencia.

Los reyes son así. Obran a su aire y capricho, ya que el erario público sufraga los gastos de sus actividades amatorias. Y esa subvención funciona como una viagra.

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