Durante las pasadas vacaciones de Semana Santa se volvió a repetir las interminables colas de vehículos eléctricos para realizar la carga. Muchos usuarios que se lanzaron a viajar 400 kilómetros o más por autopista, estaban obligados inevitablemente a recargar el coche a mitad de camino, ... y entre los cargadores públicos, que muchos no funcionan, la distribución de la energía entre diferentes cargadores que se relentiza y que muchos no están operativos, el resultado fue más de cuatro horas de espera para poder continuar el viaje. Es evidente que el coche eléctrico ya es una realidad, pero su uso, hoy por hoy está muy limitado. Es muy eficiente en ciudad, donde no tiene rival, pero en trayectos largos especialmente en autopista penaliza mucho porque las autonomías declaradas por los fabricantes están medidas en condiciones optimas, es decir en recorridos urbanos y tramos sinuosos donde la batería se puede autorrecargar en las frenadas y desaceleraciones. De momento, y hasta que no lleguen las baterías de estado sólido que bajaran de peso y duplicarán la autonomía, el coche eléctrico tiene un carácter fundamente urbano. Si queremos hacer largos viajes tendremos que realizar una programación correcta de recarga, y si es en periodos vacacionales armarnos de paciencia.
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