El saber popular va dejando adagios y sentencias como la que dice que 'De buenas intenciones están los cementerios llenos'. Y esa frase es el paradigma de las erróneas políticas proteccionistas que invaden el decadente mundo occidental, con España a la cabeza de las mismas. ... Son políticas encuadradas dentro del conocido como 'Efecto Cobra', (política que genera un efecto indeseado o imprevisto contrario al deseado), del cual se exponen ejemplos ilustrativos a continuación. Analizar casos lejanos ayuda a captar mejor la idea, no me voy a referir a la cercana y desastrosa política seguida en materia de vivienda que al intentar proteger al comprador y al inquilino hace que suba el precio más y más, ni a las políticas erróneas seguidas en materia de empleo que condenan al paro a muchas personas (incluidas las empleadas de hogar a las cuales se pretendió beneficiar), etc. Voy a referirme a casos de la historia lejanos, geográfica y temporalmente, pero ilustrativos.
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El 'Efecto Cobra' viene de la época de la dominación británica, cuando en la enorme y caótica ciudad india de Nueva Delhi, proliferaban las cobras y serpientes muy venenosas. Para afrontar dicho problema el gobierno británico ofreció una jugosa recompensa por cada cobra muerta que se le entregase. La idea parecía brillante, porque por un lado eso haría disminuir el número de cobras y por otro reduciría el coste futuro de la recompensa ya que cada vez habría menos cobras que capturar. Pero… la realidad fue otra muy distinta y cada vez se entregaban más cobras muertas y el coste de la medida iba en aumento, hasta que el gobierno londinense se percató de que había criaderos de cobras, cuya única finalidad era conseguir la recompensa al entregar las cobras muertas a las autoridades.
Un caso de libro, mencionado en todos los manuales de Economía, es el de las ratas vietnamitas, en la época en la que era colonia francesa, antes de la brutal sangría que se produjo cuando el país se desgajó en dos con un alto coste de vidas. En la segunda ciudad más poblada del país y actual capital, Hanoi, había una gran plaga de ratas. Movidos por una iniciativa parecida a la del ejemplo anterior de las cobras, las autoridades francesas pusieron en marcha un incentivo económico para quien capturase ratas. Como los burócratas de la metrópoli suelen tener una visión lejana y cómoda, pensaron que sería una medida inteligente pedir solo la cola de la rata como prueba de la muerte de dicho animal para así pagar la recompensa y no tener que asumir el problema de amontonar millones de ratas muertas, lo cual era un problema colosal de higiene. Transcurrido un tiempo, cada vez se entregaban más colas de rata y el coste de la medida iba en aumento ante la perplejidad de los 'brillantes' padres de la medida. La razón es que los vietnamitas cortaban un trozo de cola del animal para que siguiese vivo y así pudiese seguir procreando, teniendo más fácil mantener su próspero negocio de venta de colas de rata para el futuro.
Otra idea que va en la misma línea que el Efecto Cobra es la denominada Ley de Campbell, que hace referencia a las investigaciones publicadas por el sociólogo norteamericano Donald Campbell (1916-1976), quien realizó aportaciones muy valiosas a campos tan diversos como la biología, antropología, estadística, etc. La idea que Campbell expone, a grandes rasgos, es que cuando se utiliza un índice como medidor del éxito de una política gubernamental, se pervierte el uso de dicho índice de modo que sus resultados y la información que proporciona pierden toda su validez. Un ejemplo de libro son los datos del paro, los cuales carecen de la más minima fiabilidad ya que entre unos y otros (Inem, Epa, etc.) hay diferencias abismales, consecuencia del maquillaje descarado que se realiza sobre dicho índice (excluyendo a los parados que realizan un curso o a aquellos que trabajan una hora al día). El ejemplo principal que exponía Campbell se refería al ámbito educativo, donde en Estados Unidos comenzó a tomar fuerza la idea, ahora defendida a ultranza en España y en muchos países occidentales, conocida bajo el lema 'No Child Left Behind' (Que ningún niño se quede atrás), lo que condujo a una laxitud total en los sistemas educativos de modo que el objetivo de que nadie se descuelgue del vagón convirtió a lo que era un tren Ave en una pobre locomotora peor que los trenes de Feve. Para que ninguno se quede descolgado, lo que se hace es bajar el nivel todo lo que sea necesario, permitir que se pase de curso con multitud de materias suspensas, etc. El resultado es que el sistema educativo público sufre un gran deterioro y sólo las clases pudientes que pueden pagar estudios selectivos a sus hijos les pueden dar una educación de calidad, generando, una vez más, el efecto contrario al deseado.
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También es un ejemplo digno de mención la puesta en marcha en Finlandia, hace años, de un experimento en el cual se ofrecía una generosa renta básica universal a un grupo de personas experimental. El KELA, sistema finés de Seguridad Social, puso en marcha dicha prueba piloto con un resultado desastroso ya que desincentivó la búsqueda de empleo y el esfuerzo de dichas personas. No obstante, como todo tiene su parte positiva, dicho experimento tuvo la virtud de que simplificó el laberíntico mapa de ayudas existentes en Finlandia, cosa muy positiva. En España hay miles de ayudas dispersas, inconexas, solapadas, dentro de la jungla legal derivada del hecho de que cada Comunidad Autónoma tiene sus propias ayudas, así como cada ayuntamiento, además de las propias del Estado central. El resultado es que hay 'profesionales' que dedican su tiempo a la consecución de dichas ayudas o paguinas. Meter el pez en la boca nunca fue buena idea, como expuso en muchas ocasiones el economista norteamericano Gary Becker (1930- 2014), Premio Nobel de Economía del año 1992. Becker, autor de una obra magistral e icónica denominada 'Altruismo y Egoísmo', siempre sostuvo que las políticas proteccionistas mal implementadas tenían un alto coste económico y un efecto contrario al deseado, así como un alto coste social.
Otro caso conocido es el de los 'Falsos positivos' de Colombia, donde el gobierno ofrecía incentivos económicos a los militares que asesinaran a guerrilleros, lo que les llevó a matar a civiles inocentes para cobrar la recompensa. En otros lugares, hay incentivos en los cuales basta una simple denuncia, sin prueba alguna que sostenga la veracidad de la misma, para acceder a ayudas, lo cual genera una avalancha judicial de demandas y el cobro inmerecido por parte de muchas personas, así como el falseamiento de las estadísticas.
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Occidente vive una decadencia evidente y sólo se preocupa de repartir la riqueza y no de generarla. Se vive de generar deudas y de herencias provenientes del sacrificio de los antepasados. Mala receta para sobrevivir en una jungla como la asiática que liderará el mundo a muy corto plazo. Dentro de poco, l@s europe@s seremos una especie en vías de extinción. Las mascotas no serán la solución. Nos hemos derrotado solos. Asistimos a algo parecido a la caída del Imperio Romano.
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