Matrimonio laboral a la fuerza

Lo importante no es que un trabajador tenga blindado su puesto de trabajo, sino que en caso de perderlo sepa que va a encontrar otro de forma casi inmediata, como sucede en Estados Unidos. Esa es la verdadera protección laboral

Sábado, 18 de noviembre 2023, 22:21

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y en el caso de la legislación laboral en España la piedra es cada vez mayor, y vamos de frente a ella. Cuando se juntan tozudez, osadía e ... ignorancia los resultados suelen ser catastróficos.

Publicidad

España es, desde hace décadas, uno de los países de Europa que tiene un desempleo más alto, especialmente con el denominado 'paro juvenil' y, pese a eso, las recetas que se aplican son una y otra vez las mismas, pero cada vez de corte más radical y extremo. Consecuentemente, los resultados son cada vez peores, como lo prueban los últimos datos respecto al número de despidos en España. Es algo así como si a una persona le sienta mal la comida picante y la receta que le dan es añadir más picante, con lo cual cada vez empeora más. Ahora el bote del picante está abierto y dispuesto para ser vertido entero.

La realidad es que las empresas y los autónomos viven en un mundo cambiante e incierto, y en ese escenario para sobrevivir y crear empleo hay que tener flexibilidad porque, aunque algunos no lo crean, la competencia expulsa del mercado a los que son rígidos. Desde hace mucho tiempo el objetivo en el que se centra la legislación laboral española es tratar de conseguir estabilidad en el empleo. Y para ello se pretende 'forzar' a una especie de matrimonio obligado a la empresa con el trabajador, eliminando casi de facto la contratación temporal. Es decir, el medio utilizado para conseguir esa 'estabilidad' ya está desenfocado desde el inicio, porque debería ocurrir que todo trabajador pudiera tener muchas oportunidades laborales y que hubiese casi pleno empleo. Además, en ese escenario el trabajador podría negociar mejores condiciones laborales. Lo importante no es que un trabajador tenga blindado su puesto de trabajo, sino que en caso de perderlo o dejarlo voluntariamente sepa que encuentra otro de forma casi inmediata, como sucede en Estados Unidos. Esa es la verdadera protección laboral, lo contrario es una gran mentira.

Pero, el camino seguido en España es justo el opuesto al que debería ser. Lo que se hace es montar una legislación laboral extraordinariamente tuitiva para el trabajador y penalizadora-criminalizadora para el empresario o autónomo que lo contrata, de modo que fuerza a la creación de 'falsos fijos'. Poner puertas al mar nunca fue una idea muy práctica y las consecuencias están a la vista, porque aumenta sin cesar el número de despidos. De hecho, durante el periodo 2013-2021 el número de despidos anuales se movió entre 336.000 y 436.000. En el año 2022 se llevó a cabo una reforma laboral que añadió una extraordinaria rigidez en el mercado laboral y el resultado es demoledor: en dicho año 2022 el número de despidos ya ascendió a 573.000 y el presente, aún no finalizado, ya supera los 735.000, apuntando a la cifra de 900.000 como probable total de 2023. Dado que 'se añadirá más picante' a ese brebaje que ya daña la salud laboral, es de suponer que en 2024, se 'conseguirá' la cifra de un millón de despidos y… Seguimos dominando.

Publicidad

Una forma de escapar de ese matrimonio forzado y antinatural es la utilización frecuente de la cláusula de no superar el periodo de prueba, o los despidos pactados de forma privada. En el fondo lo que se está fomentando es un mercado opaco de trabajo, algo así como cuando con la 'Ley seca' se vendía el alcohol. De forma ilegal, pero se vendía.

El intervencionismo económico y legislativo que vive España es incompatible con un estado libre. Ahora, las nuevas vueltas de tuerca a nivel laboral son la reducción de la jornada ganando el mismo sueldo, la imposibilidad de despedir, porque se extenderá la calificación de despido nulo; la subida del salario mínimo, la subida de las cotizaciones sociales, gran encarecimiento del despido... Todas las medidas van en una dirección, que es la de poner zancadillas a la empresa, aunque quien se dará de bruces va a ser el trabajador. En el extremo opuesto a España estaría un país como Dinamarca, nada sospechoso de defender políticas antisociales. Allí han comprendido hace tiempo que el camino tiene que ser justo el opuesto. Es decir, una legislación laboral muy flexible que hace que nadie sienta miedo al contratar, y prestaciones de desempleo muy largas para aquel que queriendo trabajar no consiga empleo. El resultado es un desempleo casi nulo, salarios altos y tranquilidad para los trabajadores, porque tienen la casi certeza de tener siempre un empleo.

Publicidad

¿Se imaginan que el matrimonio entre dos personas fuese impuesto? El fracaso sería estrepitoso, con matrimonios ficticios y separaciones de hecho no consumadas legalmente, pero sí reales. El mercado laboral en España funciona así, porque hay dirigentes que deciden por los demás y juegan a ser Dios, pese a ser ateos, y manejan el destino de la gente, de los trabajadores y de las empresas, eliminando todo tipo de libertad. Los resultados están a la vista. La empresa sale malparada y el trabajador, más.

El Premio Nobel de Economía del año 2010 fue concedido a tres insignes economistas por sus estudios sobre el funcionamiento del mercado de trabajo. Los galardonados, los norteamericanos Peter Diamond y Dale Mortensen, junto con el británico-chipriota Christopher Pissarides, resaltan en sus estudios que un funcionamiento ágil y flexible del mercado laboral proporciona tener un empleo casi garantizado a un trabajador, lo cual es la verdadera estabilidad laboral y el pleno empleo y que es justo lo contrario que poner cadenas para que la empresa tenga que tener a un trabajador que es improductivo o que no necesita, por bajadas en la demanda.

Publicidad

Es curioso que en una etapa de la vida y de la sociedad en la que reina lo efímero, lo provisional, la falta de compromiso y lo inmediato, se pretenda que una empresa o un autónomo tengan que asumir empleos blindados de por vida. Curiosa forma de entender la libertad. El problema es que para defender la libertad hay que creer en ella, al igual que nadie puede reducir la burocracia cuando es un burócrata vocacional.

Ahora se anuncia que casi se van a prohibir los despidos. Algo así como aquella idea estúpida de Bush hijo, un presidente nefasto, cuando ante el problema existente en Estados Unidos por los múltiples incendios propuso talar los árboles. La inteligencia tiene límite, pero la idiotez no. El estómago está dolorido y el curandero o hechicero de la tribu y sus secuaces amenazan con más picante.

Publicidad

Las cadenas que unen el matrimonio laboral forzoso pesan demasiado e impiden avanzar a las dos partes. Empresa y trabajador pierden. El chamanismo, aunque se vista de Prada, nunca fue una ciencia fiable.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad