Secciones
Servicios
Destacamos
Recuerdo que cuando estuve en Ankara, parte asiática de Turquía, en el Museo de las Civilizaciones, se exponían curiosidades bélicas destacando entre ellas dos. Por un lado, el hecho de que en la época de los sumerios, asirios, etc... hubo un líder militar que ideó ... una curiosa manera de ganar guerras, sin llevarlas a cabo. Su idea consistía en enviar emisarios a visitar al enemigo, exponiéndole todas las diferentes penurias, calamidades y represalias por las que tendrían que pasar en caso de perder la guerra, y ofreciéndoles una 'derrota digna pactada', de modo que evitasen males mayores, pero asegurándose la victoria con su oferta.
Esa curiosa táctica le permitió conquistar muchos territorios, con un nulo coste. La otra cosa que me llamó la atención en aquel museo de Ankara, curiosa ciudad mitad asiática mitad europea, es que se exponía el famoso 'nudo gordiano' que dicen que Alejandro Magno, cortó de un tajo con su imperial espada, resolviendo (de un modo drástico, aunque no muy sutil) aquel famoso nudo de infinitas cuerdas apretadas y entrelazadas que nadie era capaz de desatar.
El gesto simbólico del general macedonio rompiendo aquel nudo, nos recuerda un poco a esa incapacidad a la que asistimos en Europa, donde sucesivos gobiernos timoratos de muchos países son incapaces de adoptar medidas que supongan un cambio radical de rumbo que permitan a Europa seguir siendo alguien en el mundo.
Las cosas no han cambiado mucho desde entonces, tan sólo la tecnología pero las virtudes y miserias del ser humano son atemporales y ahora que las guerras ya no se libran a caballo, ni con cañones, sino que son atómicas, bacteriológicas y económicas, asistimos a una guerra arancelaria, una lucha sin cuartel. Se entiende por arancel aquel impuesto que se ha de pagar por importar determinados bienes.
El icónico economista inglés David Ricardo (Londres 1772, Gatcombe Park 1823), de origen sefardí-portugués, ideó su modelo de 'Ventaja Comparativa', aplicable al comercio internacional, según el cual los países tienden a especializarse en la producción de aquellos bienes que producen con un coste relativo más bajo respecto al resto del mundo. Es decir, se especializan en aquellos bienes en los cuales son comparativamente más eficientes y tienden a importar justo lo contrario, es decir, aquellos bienes en los cuales son comparativamente menos eficientes en su producción.
Y esa búsqueda a título individual de lo mejor para cada país, también conduciría al óptimo mundial, en una idea parecida a la de su coetáneo Adam Smith, según la cual la búsqueda del bien individual conduciría al logro del óptimo colectivo.
Pero esa teoría de Ricardo, se va al traste cuando se imponen aranceles porque eso cambia el precio al que un producto entra en un país y da lugar a planteamientos autárquicos, en los cuales cada país intenta ser casi autosuficiente, al menos en campos estratégicos (tecnología, vehículos, telefonía de última generación, etc...).
La guerra arancelaria desatada desde la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos, aleja al mundo del óptimo de especialización productiva que defendía David Ricardo, pero las cosas no suceden al azar, todo tiene una lógica y un motivo. La teoría ricardiana es algo así como decir que «lo ideal es que una partida de cartas se celebre sin que haya trampas y así ganará el mejor jugador», pero la cosa cambia cuando algunos jugadores se saltan las reglas del juego y a los demás les quedan dos opciones: saltarlas también para poder competir o perder la partida.
Y en ese punto estamos en Occidente desde hace tiempo ya que mientras que aquí se sanciona a las empresas que se saltan la normativa medioambiental o que no respetan los derechos laborales (salariales, de seguridad etc.) en países como China dichas normas no se respetan en absoluto y sus productos arrasan a los occidentales porque los pueden producir con una abrumadora ventaja competitiva de costes. Es decir, se juega a un juego de libre competencia internacional pero con las cartas marcadas.
Ante tal situación, a Occidente le quedan dos posturas. La primera consiste en no hacer nada y asistir a un continuo declive viendo cómo sus productos son expulsados del mercado y la segunda consiste en defenderse estableciendo fuertes aranceles a los productos que proceden de esos mercados que juegan con ventajas de costes productivos. Es decir, una guerra arancelaria que es a lo que estamos asistiendo ahora.
La guerra arancelaria traerá, muy probablemente, inflación y deterioro económico a nivel mundial, pero seguir con la inercia anterior era una especie de muerte lenta pero segura, algo que llevamos décadas comprobando.
La publicación por parte de la china DeepSeek, empresa líder en IA (Inteligencia Artificial) de su producto muy superior, aparentemente, al chatGpt norteamericano ha provocado el desplome bursátil de Nvidia, empresa líder del Nasdaq100 norteamericano.
La caída de Nvidia, hizo que un solo día al perder el 16,86%, pasase al tercer lugar por capitalización bursátil, cediendo el liderazgo a otras dos tecnológicas como son Apple y Microsoft, con Amazon acechando. Pero, a los pocos días del batacazo de Nvidia, le tocó el turno a Alphabet (Google), lo cual puede indicar que hay un sentimiento de miedo en el mercado y un temor fundado de que China puede ser que ya haga la competencia en algo más que copiar tecnología y en producir a bajo coste por tener condiciones laborales esclavistas y tener unas nulas medidas anticontaminación.
Y hablando de China, tal vez en el siguiente proverbio de origen pekinés esté la causa de nuestra decadencia. Dice así: «Si estás planificando para un año siembra arroz; si estás planificando para una década, planta árboles; pero si estás planificando a largo plazo, educa al pueblo».
Educar, por supuesto, no es adoctrinar dogmáticamente, ni regalar aprobados, sino transmitir conocimientos y valores que permitan al individuo salir adelante en la vida y ser útil socialmente. Es decir, sacrificio, esfuerzo, tenacidad y meritocracia. Valores en desuso hoy en día.
Por eso me temo que la guerra arancelaria será algo que retrasará, pero no impedirá, el liderazgo de Chindia (China+India). Nos hemos derrotado solos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.