En esta columna reclamábamos una respuesta contundente por parte de la sociedad civil gijonesa, ante el escupitajo a la cara lanzado por el Ministerio de Transporte con el vial de Jove. Si duda, algo que se ha producido. En principio, se han llevado a cabo ... varias manifestaciones vecinales espontáneas, además de reuniones con el Ayuntamiento y Principado. Ahora bien, debemos de hacer dos matizaciones. La primera, tal parece que eliminar el tráfico pesado que atraviesa La Calzada sea solo un problema de algunos barrios y no de la ciudad entera. Es decir, estamos todos implicados en exigir una solución para la zona oeste y no podemos deslindarlo, como si únicamente fuese de una parte de Gijón. La lucha contra la contaminación debe ir desde Somió a Veriña. Y segunda, si empezamos a debatir sobre las posibles alternativas a un soterramiento frustrado, estamos muertos. Enredados en nuestra propia tela araña. Quien debe darnos alternativas es el propio Ministerio que para eso tiene un ejército de técnicos, cuya obligación es hacer las correspondientes propuestas. Luego, tras analizarlas, empezaremos a debatirlas. Eso sí, tampoco parecen haber estado muy finos, cuando licitan y casi adjudican un proyecto cargado de errores. Por último, resulta sorprendente el silencio sonoro de Delegación de Gobierno en Asturias. Delia Losa, su responsable, no ha dicho ni mu sobre este desaguisado. Sin embargo, en la Feria de Muestras del año pasado presumía de que era un «hito determinante» para Gijón. Sí, ya lo vemos.

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