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La huelga de la sociedad Inspección Técnica de Vehículos de Asturias (ITVASA) refleja perfectamente los males que aquejan al sector público asturiano. A la postre, los resumiríamos en tres: la pésima gestión de los recursos humanos por parte del Principado, el mantenimiento de un estatus ... y el desprecio absoluto hacia el ciudadano/a. Vamos con el primero. Resulta que el Gobierno asturiano es incapaz de manejar cualquier conflicto que surge en su inmensa plantilla. Recordemos que ni de lejos ninguna empresa privada de la región tiene semejante cantidad de trabajadores. Hoy son los de ITVASA, pero mañana tendremos de nuevo tensiones en la sanidad, educación, las residencias de la tercera edad, etcétera. Ojo, y eso que en cada presupuesto su partida aumenta. Nada parece contentar a los funcionarios, por más que mejoren sus condiciones. Su poder supera incluso al del propio Ejecutivo. Respecto al segundo, el mantener un estatus, se ha visto bien claro en el conflicto de la ITV. Fue mentar una posible privatización -como sucede en la mayoría de las autonomías- y saltó el resorte. En el primer Pleno de la Junta de este ejercicio ya se dejó bien claro: ni hablar. El bloque de la izquierda votó para que nada cambiase. Es decir, que siguiese siendo una empresa pública en régimen de monopolio y que sólo tiene un defecto: da beneficios. Sin duda, hay que acabar con eso y volver a subir las tarifas otro 3%, como este año.

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