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El episodio de una presunta oposición al secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) y presidente del Principado, Adrián Barbón, no sólo ha sido chusco en sus formas, sino también en su resolución. El que unos individuos propalasen este bulo en un mes donde ... la política también está de vacaciones, no hubiera ido más allá sin la desmesurada reacción de los propios socialistas. Primero, desde la propia Comisión Ejecutiva Federal del PSOE que se apresuró a apoyar a Barbón dando pábulo a la falsedad y, segundo, por las distintas agrupaciones que se fueron pronunciando una tras otra. Algunas mediante sonoros silencios de las que alguien tomará nota. Los que se llamaron 'Socialistas Asturianos' no hubieran dejado de ser algo cómico y sin mayor trascendencia, si no se les hubiera encumbrado como toda una «operación para la desestabilización del partido y Gobierno de Asturias». Más en concreto, como una supuesta estrategia de la extrema derecha. Ya saben, en nuestro paraíso natural das una patada a una piedra y aparecen cuatro fascistas que es necesario combatir desde el orto al ocaso. En fin, muy débil debe sentirse la FSA si estos mentecatos le generan dudas.

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