Secciones
Servicios
Destacamos
A mi generación nuestros padres nos inculcaban que comprásemos un piso con el primer empleo. 'Lo vas pagando', nos decían. Nosotros, claro, veíamos mejor tener coche nuevo ya que molaba más, pero siempre acabábamos haciéndoles caso. Decían que el precio del ladrillo nunca bajaba (el ... estallido de la burbuja demostró lo contrario) y que al menos tenías un lugar estable donde vivir. Pero las nuevas generaciones no siguen este patrón. De hecho, desde instancias gubernamentales se les infundió que la propiedad era mala y el alquiler lo moderno y el modelo a seguir. En España el porcentaje de propietarios era mucho mayor que en el resto de Europa, lo cual, repito, parecía algo nocivo y anticuado. Había que igualar ese porcentaje porque, entre otras cosas, para el poder, un inquilino es mucho más sensible a sus leyes que cualquier dueño. Dúctil, digamos, a la hora de captar el voto.
Conclusión: ahora a los jóvenes ni siquiera les atrae lo de comprar un coche, ya que ven en las fórmulas de lo compartido el futuro. Prefieren alquilar un vehículo por tiempo y cuando sea necesario, antes que tener que sufragar su adquisición y el mantenimiento.
La situación, pues, del mercado de la vivienda en propiedad ha cambiado radicalmente. Se ve más como producto de inversión –sobre todo por el boom de los pisos turísticos– que para residencia habitual. Son cada vez más los edificios donde hay más pisos que se utilizan: o bien para uso vacacional y están vacíos durante buena parte del año, o bien destinados directamente al alquiler temporal. En ningún caso para el arrendamiento de larga duración, ya que la nueva ley se ha encargado de aniquilar ese tipo de oferta. Conclusión: ahora la distribución de la riqueza inmobiliaria es más desigual que nunca. Por primera vez, quizá, los padres acaban siendo más ricos que sus hijos, en cuanto a patrimonio se refiere. También, obviamente, porque el acceso a la vivienda para la juventud no es nada fácil. Los tiempos del préstamo hipotecario barato y a mansalva hace mucho que terminaron. En la actualidad, conseguir una hipoteca es poco menos que un lujo al alcance de pocos debido a los altos tipos de interés. Tenemos, por tanto, una generación inmobiliaria empobrecida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.