Días negros

Todo ello, pese a que existe un plan estatal (2017-2025) con una inversión global de 1.586 millones de euros. Eso sí, a punto de vencer no se ha ejecutado ni la mitad de lo previsto. Ahora bien, no es solo un problema de dinero, sino también de falta de interés. Está claro que las Cercanías le importan un rábano al Gobierno central, que se vuelca solo con la Alta Velocidad. Las considera un tema autonómico y, por eso, existe una desgana importante a la hora de resolver sus problemas. ¿Qué debería hacer el Principado? Plantearse, de una vez por todas, el traspaso de estas competencias para mejorar el servicio. Sí, ya sé que es algo complejo y que asusta al Ejecutivo de Adrián Barbón, pero es que no va a quedar otra. Pregunto, ¿de qué vale tener 17 trenes nuevos entre 2026 y 2027 si luego no hay maquinistas? ¿Garantiza eso acaso que vamos a tener un servicio fiable y de calidad? La respuesta es un no rotundo. Seguiremos igual por unas cosas o por otras. El Gobierno asturiano, al igual que está haciendo el de Andalucía, tiene que ir dando pasos para asumir esas competencias. Bien es cierto, que con la financiación suficiente para que no suponga un lastre. Lo contrario, será la muerte definitiva de los 475,47 kilómetros de vía estrecha.